En una zona de Arana el delito golpea con fuerza y hay quejas por falta de patrullaje
Edición Impresa | 30 de Junio de 2018 | 04:03

“Todavía me mantiene muy angustiada el robo que tuve en mi casa la semana pasada. Además de todo lo que se llevaron los delincuentes, estuve largas horas esperando a la policía científica y no vino. Por todo este disgusto, perdí mi embarazo”, le contó a este diario Laura Cotignola (38) mientras era abrazada por otra vecina al quebrarse en llanto. La escena refleja una de las caras más dramáticas de la inseguridad en el barrio Las Luciérnagas, de Arana.
Un grupo de vecinos del enclave -en crecimiento constante durante los últimos años-, denunció que padecen allí por una seguidilla de robos en viviendas. Tiene a maltraer a quienes fueron a vivir a esa zona, paradójicamente, en busca de la tranquilidad que no hallaron en otros sectores de la Ciudad.
Durante la tarde de ayer se juntaron varios de los nuevos habitantes en ese paisaje abierto para hacer pública su bronca y su temor por el accionar delictivo que se registra en el primer semestre del año.
En ese lapso, indicaron hubo más de 10 robos grandes, pero también otros de menor importancia.
Tan alarmante panorama se convirtió en la preocupación central del vecindario que nació hace unos 3 años y hoy reúne a unas 50 familias.
DOBLE DISGUSTO
La particular historia de Laura Cotignola pasó a ser el emblema de la indignación existente en La Luciérnaga por reiterados robos en domicilios del lugar.
Todavía muy afectada emocionalmente, Laura decidió relatar a este diario el drama que afronta junto a los suyos. “En mi casa se metieron a robar la semana pasada, cuando no estábamos. Fue increíble lo que hicieron. Hasta arrancaron de las paredes los radiadores de la calefacción, para robarlos junto a muchas otras cosas”.
Sobre esto último, especificó que “también nos llevaron televisores, computadoras, una guitarra eléctrica, un equipo de sonido, garrafas, herramientas y hasta ropa del nene”, entre otras pertenencias.
La mujer calculó que globalmente todo lo sustraído por los delincuentes “supera los 100.000 pesos”.
También puntualizó que el escruche en su vivienda “ocurrió a las 10 de la mañana, a plena luz del día, como han robado también en otras viviendas de esta zona”.
El último robo en esa zona fue cometido alrededor de las 13 de ayer en la casa de Gabriela Maure (45). “Fue una vecina la que se dio cuenta, porque no estábamos. Me llamó para contarme que estaban robando en mi casa y enseguida se lo hice saber al comisario”, dijo.
Sobre los faltantes que detectó, detalló que “se llevaron dinero, un televisor, una computadora, un equipo de música, una cámara fotográfica y un microondas”. Los ladrones armaron el botín tras romper la puerta de entrada.
A su lado, un vecino cuestionó -en sintonía con el grupo de unas 30 personas del barrio que se congregaron para reclamar respuesta a la problemática-, el accionar de la Policía.
“Es un barrio fácil de controlar, porque los delincuentes pueden escapar por dos calles: la 637 y la 143, principalmente por la primera de esas arterias. Por eso es llamativo cómo no pueda agarrarse a los delincuentes”, señaló, enojado.
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