Tras 110 años, el Zoo cerró sus puertas para avanzar con la reconversión

Ya no exhibirá más animales exóticos. Profundizarán la transformación del predio en un Bioparque y trasladarán numerosos ejemplares

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La muerte de Pelusa, la elefanta de 52 años que fue enterrada ayer en el ambiente que la albergó durante medio siglo, marcó no solo el final simbólico de una era, sino uno concreto: el Zoológico de La Plata ya no volverá a abrir sus puertas como tal. Por decisión de la Comuna, el predio situado entre las avenidas Iraola, Centenario y 52 será convertido en un Bioparque de impronta autóctona, educativa y conservacionista, tarea para la que no existen plazos ni demasiadas precisiones, más que la conformación de una comisión de seguimiento multisectorial con la misión de guiar los pasos que lleven al relanzamiento.

“La idea de que puedan encerrarse animales silvestres y que vivan en cautiverio con fines de exhibición es un paradigma que se está abandonando en todo el mundo” expresó Germán Larrán, subsecretario de Gestión Ambiental local, al ratificar que “tomamos la decisión de mantener las puertas de este zoológico cerradas y convocar públicamente a todos los sectores y organizaciones que se quieran sumar para avanzar juntos en este proyecto”.

El objetivo de la movida será transformar las 17 hectáreas del complejo faunístico y botánico inaugurado en 1907 en un centro para la preservación, la rehabilitación y la conservación de especies animales y vegetales autóctonas de nuestro país que se encuentren amenazadas de extinción o en estado de vulnerabilidad.

Se trata de un proceso que en rigor de verdad ya comenzó. Durante los últimos dos años, 80 especímenes fueron trasladados a entornos más favorables para su calidad de vida. Quedan todavía 450 animales de diversas especies.

“Lamentablemente, sabemos que algunos de los exóticos no podrán afrontar un viaje por su edad, estado de salud o secuelas de la crianza en cautiverio” explicaron en el municipio: “nuestro compromiso con ellos es seguir trabajando parar mejorar su calidad de vida hasta el último día en que les toque estar en el predio”.

“Para la salida de cada animal es necesario hacer un seguimiento y un trabajo previo administrativo que tiene que ver con hallar un lugar acorde, establecer los permisos y cumplir con el traslado propiamente dicho” se advirtió: “no es una tarea sencilla como podría parecer; en estos momentos, por ejemplo, se trabaja intensamente para poder trasladar a un santuario estadounidense de tigres y leones tres ejemplares locales”.

La reconversión ya comenzó con el traslado de 80 especímenes a diferentes predios

Según pudo saberse, se trata de la tigresa Colón, la leona Kiara y un león que se encuentra a préstamo -sin opción- en Olavarría, que viajarían al Odd Cat Sanctuary de Denver, Colorado, Estados Unidos.

En 1979, tras depender de los ministerios de Obras Públicas y Asuntos Agrarios de la Provincia, el Zoo pasó a la órbita municipal; tuvo épocas “doradas”, en las que alojó a 1.200 animales y jugó un papel relevante para la reproducción en cautiverio y posterior reinserción en espacios naturales de animales amenazados o en peligro de extinción -por ejemplo, los emblemáticos cóndores andinos-. Sus científicos se destacaron en proyectos de reproducción asistida y preservación de material genético.

SANCIÓN UNÁNIME

El 12 de julio del año pasado, por unanimidad, el Concejo Deliberante platense sancionó la ordenanza 11.535, fijando pautas para la paulatina transformación del Zoo en bioparque. “Nuestro objetivo siempre fue trabajar bajo la concepción de crear un espacio para la reproducción e investigación de las especies” subrayan en el municipio: “por eso se suscribieron diversos convenios con la UNLP, y se promovió desde el mismo espíritu de la norma la idea de sumar organizaciones que trabajan en esa temática”.

En la Comisión de Seguimiento del Bioparque, que se constituirá en el corto plazo, está contemplada la participación de ONGs como la Fundación Franz Weber y el Global Sanctuary for Elephants, o la asociación de Gestión en Protección y Defensa de los Animales, entre otras.

“La idea ahora es armar una mesa de trabajo conjunto, para ir dando los siguientes pasos sobre firme” adelantaron los voceros, que admitieron que habrá un replanteo de la circulación interna del antiguo Zoo, y se concretarán transformaciones edilicias de los recintos existentes, “para brindar mejor calidad de vida a los animales que no puedan ser trasladados”. También se le concederá mayor relevancia al aspecto botánico y forestal del lugar, un acervo de enorme riqueza que fue incorporado en buena parte durante la gestión del naturalista Carlos Marelli entre 1918 y 1940.

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