El costo de vida se incrementó con más fuerza en junio en el Gran Buenos Aires

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Carla Calá

Economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL)

Según los datos relevados por el Indec, el Índice de Precios al Consumidor registró en junio una variación de 3,7% mensual, acumulando en el primer semestre de 2018 un incremento de 16% y un 29,5% interanual.

A partir de la publicación del IPC con cobertura nacional, es posible desagregar los datos a nivel regional, obteniendo una variación mensual de 3,9% para Gran Buenos Aires, 3,7% para la región Pampeana, 3,6% para Cuyo, 3,4% para el Noroeste, 3,3% para la región Patagónica y 3,1% para el Noreste.

La aceleración de la trayectoria mensual del IPC respondió principalmente a las subas en las divisiones: transporte (5,9%), alimentos y bebidas (5,2%), salud (4,3%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (4,0%). El resto de los rubros anotaron variaciones en terreno positivo aunque menores que el nivel general.

Excluyendo del análisis a los bienes y servicios estacionales y/o regulados, se obtiene que en el mes de junio la inflación núcleo registró una variación mensual de 4,1%, ubicándose 2,5 puntos porcentuales por encima del promedio registrado en 2017. En tanto, los últimos datos muestran una inflación anualizada de 42% sobre la base del promedio trimestral móvil.

A propósito, el Banco Central mantiene la tasa de política monetaria (pases) en 40% de modo que se tiene que la tasa real contra la inflación anualizada (siempre en base al promedio móvil de tres meses) se ubica en terreno negativo, en torno a 2 puntos porcentuales por año. En términos interanuales, se observaron comportamientos muy heterogéneos en torno al promedio general de 29,5%, alcanzando un piso de 18,3% hasta un techo de 48,5%. Este último dato corresponde a vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, seguido por los subíndices transporte, comunicación, salud y educación con variaciones de 36,8%; 34,5%; 30,2% y 29,6%, respectivamente. En tanto, entre los rubros que crecieron menos que el promedio se destacan recreación y cultura (25,6%), otros bienes y servicios (23,3%), bebidas alcohólicas y tabaco (19,7%) y prendas de vestir y calzado (18,3%).

Haciendo foco en el nivel de los precios promedios de un conjunto seleccionado de productos, surge que la Patagonia tiene mayor costo de vida que el resto de las regiones económicas. En relación a Gran Buenos Aires, la Patagonia enfrenta precios 13,3% por encima y el Noreste 7,4% por debajo.

Según el relevamiento del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, las expectativas de inflación de junio para los próximos doce meses suben a 30 %, o sea, 5 puntos porcentuales por encima de la medición de mayo, guarismo que compara con un promedio de 35,8%.

En términos de corrección de precios relativos, resulta útil comparar la última devaluación con la ocurrida a principios de 2014 durante la anterior gestión presidencial. Así, haciendo base 100 en septiembre de 2013, se tiene que para enero de 2014 la brecha entre la trayectoria del tipo de cambio nominal y el índice de precios al consumidor se había ubicado en 12,05 puntos porcentuales, guarismo que rápidamente converge a cero hacia fin de ese mismo año. Así, la mejora del tipo de cambio real se evaporó en once meses. Actualmente, haciendo base 100 en septiembre de 2017, el margen de diferencia entre la evolución de la cotización nominal del dólar y el índice acumulado de precios al consumidor es de 32,3 puntos, tomando para junio una inflación mensual de 3,7%.

En aquella oportunidad, prevalecía una política de control de precios y de restricciones a la exportación de cierto tipo de productos como carnes, maíz y trigo, ente otros. Por lo tanto, el set de precios relativos al interior de cada sector tuvo un comportamiento particular. Por ejemplo, en 2014 la harina subió en los primeros cuatro meses de la devaluación solo 9,3%. Mientras que derivados como las galletitas y el pan francés lo hicieron en 20,8% y 6,3%, respectivamente.

Asimismo, en aquel año se observó para el caso de la leche un incremento de solo 6,6%; en tanto, el queso y la manteca lo hicieron por encima de ese guarismo: 15,6% y 11,2%, respectivamente. En bebidas no alcohólicas, el precio de las gaseosas subió 10,5%, mientras que el agua mineral lo hizo en 14,6%.

Si bien todavía es temprano para sacar conclusiones sobre 2018, veamos lo que pasó en junio con estos mismos productos. Sin restricciones para exportar trigo, la harina subió 25,8% el mes pasado, pero algunos derivados como las galletitas de agua y el pan francés lo hicieron en 1,9% y 10,8%, respectivamente. En el caso de los productos lácteos, la leche marcó una suba de 2,9%, mientras que el queso lo hizo en 3,3% y la manteca en 4,2%. Por último, a diferencia de 2014, el precio del agua mineral subió más que el de las gaseosas (2,6 puntos porcentuales).

“La diferencia entre la evolución de la cotización del dólar y el índice acumulado de precios al consumidor es de 32,3 puntos”

 

 

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