Injustificado riesgo para cruzar las vías en plaza Alsina

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Si se hiciera una encuesta en nuestra ciudad para determinar cuál es el lugar más peligroso y conflictivo, tanto para peatones como para automovilistas, es muy posible que encabezaran ese ranking los cruces de vías en 1 y 38, que flanquean la plaza Alsina. Ocurre, por lo pronto, que numerosos escolares enfrentan diariamente los graves riesgos que supone la falta de puentes peatonales para cruzar las vías del ferrocarril.

Desde luego que esa situación se plantea todos los días, en los que centenares de chicos y chicas, algunos de muy corta edad que van y vienen -muchos de ellos distraídos o con espíritu festivo- para acudir o retirarse del Jardín de Infantes 929 (2 entre 37 y 38), de la Escuela Primaria 5 (1 y 38) y de la Media 6 que funciona allí, deben forzosamente cruzar a nivel las vías, constantemente amenazados por algún accidente.

Tal como se detalló en la nota publicada en este diario, las dos barreras que permiten el paso en ambos lados de la plaza Alsina dejan ver, también, un verdadero caos del tránsito automotor. Si a ello se suma la falta de semáforos en esas esquinas críticas, la carencia de controles y de pasos peatonales seguros, allí se ve expuesta, ante la vista de todos y ante la indiferencia de las autoridades, una combinación perfecta de inseguridad vial.

En cuanto a la desidia de las sucesivas autoridades frente al problema, los vecinos aseguran que el reclamo por un puente peatonal y de un semáforo en la cercana esquina de diagonal 74 y 115 se remonta a quince años atrás. Por otra parte, numerosas crónicas publicadas en este diario atestiguan la ya pretérita preocupación vecinal por esa cuestión.

Dirigentes de las cooperadoras escolares confirmaron también que desde hace muchos años vienen gestionando ante las diversas autoridades una solución al grave problema de la inseguridad vial en esa zona, que afecta no sólo a los niños y a toda la comunidad sino a la población en general.

No obstante, aquí cabría señalar que en algunos lugares en los que existen los puentes peatonales, como ocurre en varios cruces sobre el Camino Centenario, es común ver a escolares que no los utilizan y que eligen atravesar las cuatro manos de esa vía rápida sin hacerlo por la pasarela existente. Algo similar y mucho más grave se experimenta en estas jornadas de vacaciones, donde bajan en la estación de ferrocarril de Gonnet muchos contingentes de escolares que van a la República de los Niños y que cruzan directamente por el camino, sin utilizar el puente existente. En ambos casos se extraña la presencia de policías que prohiban esas alternativas.

De todos modos, la situación que se plantea en torno a la plaza Alsina obliga a las autoridades responsables -sean las ferroviarias, o las municipales- a adoptar todas las previsiones del caso, para evitar que tantos niños y adultos jueguen una suerte de ruleta rusa cada vez que tienen que desplazarse por la zona que concentra el tránsito de trenes y automóviles. No pareciera ser que la construcción de un puente peatonal y la instalación de semáforos impliquen una erogación imposible de afrontar para el Estado.

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