Definen que proyecto se tratará sobre el aborto en el recinto del Senado

En medio de la “grieta” que desató, el proyecto sobre la legalización del aborto entra en una etapa de definiciones. Esta semana, entre el martes y el miércoles, deberá salir de las comisiones los dictámenes de mayoría y minoría que llegarán al recinto de la Cámara de Senadores para votarlo el próximo 8 de agosto.

Hasta el momento, los que rechazan la despenalización del aborto, tendrían una posición mayoritaria en la Cámara alta -ayer un senador pampeano se sumó a la lista de los que están en contra-. Mientras, un grupo de legisladores -por ahora no pasan de tres- que está a favor de la legalización y que busca evitar una derrota, propone cambios a la iniciativa que vino con media sanción de Diputados, para conseguir más apoyos.

Según trascendió, estas modificaciones las plasmarían en un nuevo dictamen los senadores cordobeses Laura Rodríguez Machado, Ernesto Martínez y Carlos Caserio, que apuntan a la interrupción hasta la semana 12 -y no 14 como el proyecto original- y contempla la objeción de conciencia institucional, un reclamo que hicieron ayer profesionales de la salud en el Congreso y en otras ciudades del país.

De todos modos, todavía no se presentó ningún proyecto con esas modificaciones aunque uno de los senadores del PJ cordobés aseguró que intentarán incorporar esos cambios al dictamen del proyecto original o presentarán uno propio.

Este grupo minoritario cree que si se realizan esos cambios, el proyecto vuelve a Diputados, donde sólo hará falta mayoría simple para que se sancione la ley. La propuesta se presenta ante el avance de rechazos de senadores a despenalizar el aborto aunque aún quedan indecisos que podrían inclinar la balanza en la decisión final, como pasó en la Cámara baja.

UN PAMPEANO EN CONTRA

“Después de mucho analizarlo, he decidido no acompañar el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo”, anunció ayer el senador (UCR)por La Pampa, Juan Carlos Marino. Lo habría decidido tras las audiencias públicas.

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Marino, que es vicepresidente segundo del Senado, estaba en la lista como uno de los legisladores en duda sobre cómo votaría. “Cuando comenzó el debate en el Senado anuncié que me tomaría un tiempo a estudiar el tema y sobre todo para escuchar a todos los pampeanos pero que mi decisión la sabrían antes del debate en el recinto y así lo estoy manifestando”, definió.

Argumentó que su decisión fue porque la mayoría de la sociedad pampeana está en contra con la despenalización. Sin embargo, el gobernador de esa provincia, el peronista Carlos Verna hizo público su apoyo a la legalización del aborto y hasta logró que dos diputados coterráneos se inclinaran a favor de la iniciativa en la histórica votación de la Cámara baja.

Mientras, en el peronismo la situación es otra. Desde Unidad Ciudadana (el kirchnerismo) dicen que sus nueve senadores sólo votarán el proyecto original que vino de Diputados. Lo mismo de Argentina Federal, que encabeza Miguel Ángel Pichetto.

Mientras, en el oficialismo, la interna sobre el aborto no cede espacios. En el Senado, los máximos detractores de la despenalización son nada menos que la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti -que sólo vota en caso de empate- y el presidente provisional, Federico Pinedo. En cambio, en la vereda de enfrente quedaron la radical mendocina Pamela Verasay, que se hizo escuchar en las audiencias públicas, y el presidente del interbloque de Cambiemos, el radical Luis Naidenoff, que retomó las actividades tras la tragedia familiar que sufrió recientemente en Formosa.

En el gabinete de Macri sucede lo mismo. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se posicionó ayer también a favor de la legalización del aborto.

“Si estuviera en el Parlamento votaría a favor”, declaró la responsable de Seguridad en una entrevista concedida ayer por la mañana a Radio Mitre.

La ministra recordó que ella estuvo presente y participó en el debate y votación del matrimonio igualitario en el país, y apeló a la libertad para que “cada uno vote como quiera”.

Lo más importante el día de la votación, que será en menos de dos semanas, es, para Bullrich, llegar “sin presiones ni aprietes”.

Los cierto es que, como pasó en Diputados, no habrá certezas hasta la votación final. Pasado mañana, el dictamen que obtenga mayor número de firmas, será el primero en ser debatido en el recinto el miércoles 8 de agosto, día en que ya anunciaron marchas y vigilia en el Congreso los dos sectores antagónicos: el de los pañuelos celestes (provida) y de los verdes (por el aborto legal).

Si la iniciativa con media sanción no sale en el Senado, recién podrá volver a ser presentada el año que viene.

Si es aprobada con modificaciones, volverá a Diputados en segunda revisión. En este caso, con mayoría simple, la Cámara baja puede dar el visto bueno a la iniciativa con los cambios propuestos por los senadores o volver a ratificar el texto inicial. Si en cambio, es finalmente aprobada por la Cámara alta, el aborto legal será ley aunque faltará la promulgación del Poder Ejecutivo.