Entrená tu cerebro

Cómo entrenar tu cerebro para obtener los resultados que estás buscando.

Por Rocío Biroli -  Ludmila Muñoz.

 

A muchos nos pasa que para poder aplicar algunos cambios necesitamos conocer el funcionamiento, la explicación de “las cosas”…. Bueno acá va un poco de explicación para saber la historia de nuestro desarrollo biológico al día de hoy y como aprovechar estos datos a nuestro favor.

El ser humano, como cualquier ser vivo, es fruto de la evolución durante millones de años. Al comienzo hubo una célula, que fue evolucionando biológicamente, lo que implica cambios en su genética y en su fenotipo, y al final todos esos cambios han originado la diversidad de formas de vida que existen en la tierra.

El cerebro también ha experimentado esa misma evolución. El cerebro humano consta de tres cerebros independientes: el cerebro reptil, el cerebro límbico (o mamífero) y el Neocortex (cerebro racional, propio de la especie humana). Estos tres cerebros están interconectados a nivel neuronal y bioquímico y cada uno controla distintas funciones de nuestro cuerpo, afectando directamente a nuestra salud, bienestar y rendimiento personal, profesional o académico.

El primero que apareció en la evolución es el cerebro Reptil. Este cerebro regula las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro cuerpo y es el responsable de la parte más primitiva de reflejo-respuesta. Se encarga de los instintos básicos de la supervivencia (el deseo sexual, la búsqueda de comida y las respuestas agresivas tipo ‘pelea-o-huye’). Está continuamente en alerta y es el que nos permite reaccionar rápidamente ante algo que puede resultar una amenaza (un auto que senos acerca a gran velocidad y nos puede atropellar) o que él detecta como una amenaza (un jefe que no nos cae bien).

A continuación, en la evolución, apareció (rodeando al anterior), el cerebro Límbico, también llamado Cerebro Emocional. Aquí están los centros de la afectividad y es el que nos permite sentir y experimentar las emociones. En este cerebro está también la Memoria, que nos permite acumular información de las experiencias. Es acá donde está ubicada la famosa amígdala, que es la base de la memoria afectiva. Es la que  está pendiente de las amenazas.

Y finalmente, no hace más de 1 millón de años, apareció el cerebro Neocortical: los dos hemisferios cerebrales, que controla las funciones del pensamiento y el lenguaje y básicamente lo que nos permiten es sacar conclusiones y luego actuar sobre ellas, mediante la toma de decisiones. Nos permite tener conciencia, concentración, auto-reflexión, resolución de problemas, etc. Es el cerebro racional.

Cada cerebro es importante, no hay uno que sea malo y me complique la existencia, sino que todos tienen su función. Lo que tenemos que aprender es a gestionarlos bien. 

Si la amenaza percibida es un auto que viene a gran velocidad hacia nosotros, está muy bien que no sea necesario pararse a reflexionar si es una amenaza real o no, si es más sensato que corramos o que nos quedemos parados pensando si es mejor correr hacia la derecha o hacia la izquierda. No, en esos momentos, nuestros cerebros más antiguos nos salvan.

Sin embargo, si la amenaza percibida es una persona que nos ha mirado mal y que parece que no le caemos bien (según nuestros estándares de que es bien y mal)… entonces saltan nuestras alarmas y nos ponemos a la defensiva o atacamos… En esos casos, es sumamente necesario aprender a gestionar esas emociones, aprender a dejar que el NeoCortex tome de nuevo el mando sobre los otros. Y que ahí si podamos reflexionar si de verdad esa persona tiene malas intenciones y qué es lo más sensato y adecuado para mí. Porque quizás ese miedo que yo siento hacia mi jefe no sólo no me está ayudando a dar lo mejor de mí, sino que me está perjudicando. Ayudar al Neocortex a retomar el poder en esas circunstancias, me ayudará a relajarme, tranquilizarme y poder decir o hacer cosas que me beneficien, demostrar todo lo que soy capaz.

¿Quién no se ha bloqueado ante una situación de miedo, angustia o estrés? ¡Eso significa que nuestros cerebros funcionan muy bien! Así que, si te pasa esto, no te tratas mal cuando tu cerebro te haya hecho pasar un mal momento (quedarte en blanco en una conferencia, por ejemplo). Porque en ese caso tu cerebro reptil había detectado una enorme amenaza y se había puesto en tensión. Eso significa que tenés un cerebro reptil que funciona muy bien, felicitalo por eso… y después, ayudalo con el Neocortex, a que se dé cuenta de que la amenaza no era tal, tranquilizalo y retomá el poder: respiá, y empezá a hablar, desde el neocortex, tomando las decisiones desde la razón, sin que hable el “secuestro emocional”.

Todos podemos “entrenar” a nuestro cerebro para mejorar nuestro desempeño. Probablemente no podamos evitar que salten las alarmas, pero podemos aprender a gestionarlas. Al final si cultivamos las habilidades de Inteligencia Emocional… nuestra vida mejorará, sin ninguna duda. ¿Cuándo vas a empezar a entrenar?

 

Ante dudas o sugerencias nuestros contactos son:

rociobiroli@gmail.com

ludmila.munioz@gmail.com

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