Alberto Omar Ricart

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Respetado como referente de la medicina del deporte, trabajó en diferentes instituciones para amalgamar su profesión de médico con la actividad deportiva en beneficio de la salud de las personas; por eso el fallecimiento de Alberto Omar Ricart provocó numerosas muestras de dolor entre quienes lo conocieron y valoraron.

Había nacido en Saladillo, Buenos Aires, el 21 de septiembre de 1953; sus padres fueron Alberto y Alicia Tenaglia y tuvo dos hermanas Alicia y María Elena.

A los 17 años llegó a La Plata para estudiar Medicina y, mientras cursaba la carrera, trabajó como cartero para solventar sus estudios. A los 23, se graduó como médico especializado en deporte. Desde ese momento se desempeñó en instituciones como el Club Universitario, Regatas, Gimnasia y creó la fundación Doctor Horacio Corrada, en honor a su maestro de la medicina del Deporte. El slogan que marcó el espíritu de su proyecto fue “movimiento para la salud”.

En los últimos años impulsó carreras, maratones y jornadas de ejercicios en plazas, el Bosque y la República de los Niños.

Por 40 años Alberto fue docente titular de Fisiología de la actividad física en la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP; siempre trabajó para ser un nexo entre la Medicina y la Educación Física porque estaba convencido de que ambas disciplinas podían potenciarse. También fue director de cursos de posgrado en la Ciudad y en varias provincias, en los que formó a numerosos médicos en esa especialidad.

A raíz de sus conocimientos fue presidente de la Federación Argentina de Medicina del Deporte y vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Medicina del Deporte.

Además fue pionero en la convocatoria de equipos interdisciplinarios para programas de deportes, coordinó actividades con trabajadores sociales, psicólogos, operadores comunitarios, estudiantes, kinesiólogos y médicos.

La práctica del deporte fue algo de su cotidianeidad, en particular le gustó correr maratones y, su familia consignó que paradójicamente, falleció el día del maratonista.

Se casó en segundas nupcias con Daniela Pacheco Agrelo y de esa unión nacieron sus hijos María Sol y Bautista; como fruto de su primer matrimonio, fue padre de Juan Pablo.

 

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