En tiempos de series atrapantes, la historia de Pedro y el Lobo, tuvo de todo en el arranque de su tercera parte

Buen estreno de torneo en el Bosque. El equipo tuvo una buena actuación y la gente se fue con ganas de ver el próximo capítulo

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Walter Epíscopo

wepiscopo@eldia.com

Horario raro el de las 13:15. Por que el desayuno queda lejos y el almuerzo a medio camino. Por que el que aprovechó para levantarse tarde, debió apurarse para llegar al Bosque y comer un chory al paso, amenizado por la charla futbolera. Pero qué importaba, el ritual de la cancha es impagable. Los olores. La escenografía. Los lugares de siempre y los amigos también.

El fútbol grande que volvió, y la tradición impostergable de ir a la cancha y aquel canto esperanzador, “Lobo, mi buen amigo, esta campaña volveremo a estar contigo...”. Después de casi tres meses de receso y Mundial incluido, el hincha volvió a su casa. Lo hizo llegando prácticamente sobre la hora de inicio.

Después de un año de sinsabores, otra Superliga que empezó de la mejor manera, “ganando a lo Gimnasia”, dijo uno al pasar saliendo por la puerta de Socios, cuando el 1-0 ajustado estaba sellado.

Tarde de emociones. El regreso al Bosque de alguien que, guste o no, ocupa un lugar importante dentro de la historia de la Institución. Por entrega como jugador en su momento y de entrenador después. Pocos se quedaron enamorados como el de Gimnasia. Y sus hijos. Y su mujer. Y su familia. Y sus amigos. Todos estuvieron ayer en 60 y 118. Por eso debió esforzarse para no quebrarse, aunque los ojos llorosos no los pudo evitar.

Otra vez el técnico-bombero, que vuelve en un momento dificil a apagar el incendio que dejaron otros, aunque ésta de las tres, es la menos grave. ¿Alguien puede dudar que Pedro Troglio dijo sí, cada vez que lo fueron a buscar para salir de un momento incómodo? No. Por eso la gente lo recibió con una ovación, con el ya tradicional cantito, “olé, olé, olé olé, Pedro, Pedro”.

El grito de gol tempranero del paraguayo Ayala a los 38 segundos y la corrida loca para abrazarse con Bonifacio quien un rato antes del encuentro recibió la noticia de una pérdida familiar.

El “Juan Carmelo Zerillo” estuvo colmado y por momentos empujó al equipo cuando Argentinos iba para el arco de Martín Arias y parecía que el empate podía llegar, más allá que el “uno” Tripero solo tuvo una sola gran atajada, y en la primera etapa.

Los ex jugadores mens sana Toti Chaves y el uruguayo Roberto Brum seguían atentamente el partido desde la Platea Techada y se morían de ganas de entrar a colaborar en el mediocampo.

José Tau, arquero del Súper Senior Tripero que en la semana ganó el clásico, sufría y quería ir para el arco a ayudar a Alexis.

El Chino Zulberti, hombre que supo jugar al básquet en el Lobo, y de gran trayectoria en la Liga quería salir del Palco Durán e ir a cabecear al área con Silva.

Los aplausos para Fito Rinaudo y el Tanque, que arriba las peleó todas. Para los pibes Melluso y el Monito Gómez, que terminaron acalambrados de tanto correr.

Fue una victoria muy trabajada, ajustada, donde por momentos todo fue lucha y con poco de fútbol, pero con el orden como premisa.

Con un arbitraje de malo para peor, el sufrimiento pareció el doble. El primer capítulo de los 25 de esta Superliga Gimnasia lo pasó satisfactoriamente, y por ser de estreno, aunque no le sobró nada, no estuvo tan mal.

La tercera parte de Pedro y el Lobo ya está en marcha, el sacrificio, la emoción y el sufrimiento, estarán garantizados.

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