Hechos que dejan secuelas: desde el trauma a la aparición de enfermedades

Las personas mayores no sólo son más vulnerables a delitos y fraudes, sino que tardan más en recuperarse y superarlos

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Los especialistas destacan que el día después de sufrir un robo o estafa plantea un desafío especialmente difícil para las personas mayores.

En este sentido, indican que las personas de la tercera y la cuarta edad demoran más en recuperarse del impacto psicológico que sobreviene después de sufrir un delito y pueden registrar secuelas psicológicas.

Esas posibles secuelas van desde el estrés pos traumático a que se ponga de manifiesto alguna dolencia o trastorno que permanecía latente.

Se trata, en todos los casos, de afecciones temporarias, pero cuya recuperación puede demandar meses.

Así lo indica Osvaldo Tirante, miembro fundador de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de la Plata, quien dice que sufrir un episodio de este tipo puede también acarrear otras consecuencias para las personas mayores, tales como tener que abandonar una casa que se presenta como insegura.

“Una persona mayor que es víctima de un delito o de un ´cuento del tío´, puede registrar un trauma psíquico que, aunque sea temporario, puede llevar bastante tiempo superar y a veces puede requerir tratamiento psicológico”, dice Tirante.

Entre los síntomas que puede experimentar la persona afectada después de sufrir una experiencia de este tipo se cuentan algunos como la depresión , el temor, la ansiedad o la adopción de conductas fóbicas.

Disparador de trastornos

Por otra parte, el episodio traumático puede actuar como disparador de trastornos que permanecían latentes.

Entre esos trastornos se cuentan, por caso, deterioros de la memoria y de la atención.

Por otra parte, la preocupación por la seguridad aparece aún en aquellos que no sufrieron ningún hecho delictivo ni resultaron defraudados.

En estos casos se trata de una situación que lleva a una mayor programación y planificación de la vida cotidiana como estrategia para reducir la vulnerabilidad frente al delito.

En ese sentido se habla de una población que tiene conciencia de los riesgos y que actúa en consecuencia tratando de reducirlos.

Desde ese punto de vista, entre las recomendaciones dadas por los especialistas para reducir riesgos se cuenta la de no aislarse y la de mantener una rfed de contactos confiables a quiénes recurrir en el caso de que se presente alguna situación de este tipo.

 

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