La justicia federal reconstruye la ruta del dinero de los presuntos sobornos

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Según informaron ayer fuentes judiciales, en marzo de este año, un periodista del diario La Nación le hizo entrega al fiscal Stornelli de copias de varios cuadernos que un allegado a Centeno había guardado en su casa a pedido del chofer del ex funcionario Roberto Baratta, quien temía que hallaran sus anotaciones en su casa. El allegado hizo fotocopias y luego, cuando Centeno se lo solicitó, devolvió los cuadernos.

Allí Centeno hizo un resumen de presuntos hechos de corrupción durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Anotó, entre otros puntos, desde 2008 hasta 2015, cada uno de los viajes que hacían juntando bolsos con dinero. De puño y letra escribió las direcciones de las empresas a donde iban a buscar los bolsos y de los lugares donde los dejaban. A veces veía el dinero y otras veces suponía que había dinero.

Además de Baratta, el circuito que Bonadio y Stornelli investigan por asociación ilícita incluye a Daniel Muñoz, ex secretario privado de Néstor Kirchner, que habría recibido los bolsos en el departamento de Uruguay y Juncal. También, a Hernán Camilo Gómez, que fue asesor de Planificación entre 2007 y 2011; Ezequiel García, ex director de Energías Renovables; y Nelson Lazarte, uno de los secretarios de Baratta.

De acuerdo con las primeras informaciones de los registros de Centeno, cuando la recolección del dinero de la coima superaba los 2 millones de dólares eran Baratta y el propio De Vido quienes trasladaban el dinero a Olivos, para ser entregado directamente a Néstor Kirchner.

Para Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, Baratta era el nexo principal entre el Gobierno y las empresas contratistas de servicios públicos y recibió millones de dólares en concepto de coimas que –según una investigación realizada por el diario La Nación– se distribuían en el domicilio particular de la familia Kirchner, en Juncal y Uruguay, en la Quinta de Olivos o en las oficinas de la Jefatura de Gabinete.

Los cuadernos de Centeno permiten al fiscal Carlos Stornelli y al juez Claudio Bonadio reconstruir esta ruta del dinero. Así como el ex valijero Leonardo Fariña confesó que lavó parte de los 60 millones de dólares que Lázaro Báez mandó a Suiza, a través de la financiera Provalor, ahora Centeno permite ir hacia otras financieras que aún hoy ocultan esa plata negra. Por esta razón el juez ordenó una serie de allanamientos y habrá más en las próximas horas.

Baratta fue y sigue siendo la mano derecha del ex ministro de Planificación. Ambos manejaron un total de contratos públicos por 200 mil millones de dólares.

 

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