A 5 años de su peor día, otro robo al negocio de la embarazada baleada en Berisso

Mery Vidal Borda recibió un disparo en la panza en 2013, cuando llevaba 6 meses de gestación. Sospecha de una conexión

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Para Mery Vidal Borda (35), la dueña de un local de verdulería y almacén situado en Berisso, el sangriento intento de asalto que padeció en 2013 en ese comercio, marcó un quiebre en la vida.

Ese 5 de agosto, que quedó marcado a fuego para ella y su familia, un delincuente entró al local de 21 entre 167 y 168 con un arma de fuego con el objetivo de llevarse la recaudación. Pese a que la mujer se la entregó, igualmente le disparó a la panza en la que gestaba una nena que nacería en la primavera.

La criatura murió por esa bala asesina y su madre soportó una larga internación. El caso, terminó con dos delincuentes condenados: uno con cadena perpetua y el otro a 25 años de prisión.

Un lustro después, en la tarde del sábado, otro caso de inseguridad en su negocio agitó en Mery todos los fantasmas de aquella traumática experiencia, de la que logró recuperarse con un extenso tratamiento psicológico y psiquiátrico. Y no descarta una conexión entre ambos episodios.

En diálogo con este diario, contó que “el sábado estaba atendiendo el negocio una prima de mi esposo, como viene ocurriendo por lo general. Yo había salido unos minutos antes y estaba haciendo unas compras. Lo que le sucedió a ella me dejó shockeada, porque me hizo revivir lo que me pasó hace 5 años”, indicó. “Me hizo sentir la preocupación de que algo así puede pasar en forma permanente”, completó.

“DAME LA PLATA, DAME LA PLATA”

Según contó la mujer, este nuevo asalto “fue a las 2 y media de la tarde, cuando ingresaron dos ladrones encapuchados. Sólo se les veían los ojos”.

Según Vidal Borda hubo amedrentamiento y un arma: “uno de ellos la amenazó con un cuchillo grande, mientras que el cómplice se quedó de campana en la entrada al local”.

El maleante armado, para llenar de terror a su víctima, le exigió de inmediato la recaudación.

Al respecto, Mery detalló que “le gritaba ‘dame la plata, dame la plata’. Entonces nuestra prima le pidió que la tomara de la caja registradora. El delincuente pasó al otro lado del mostrador con ese objetivo, pero no consiguió abrirla. Entonces, robó a la pasada cuatro ó cinco botellas de bebidas alcohólicas y huyó con su compañero”.

Estimó que “se habrán quedado 10 minutos” en el lugar y reveló que tras el episodio su prima “no volvió a trabajar por el miedo que sufrió”.

Mery cree que “es posible que los que cometieron el asalto del sábado en mi local, sean integrantes de la misma banda” que actuó en el ataque de 2013.

Tras la violencia de aquella jornada, ya o está al frente del negocio, pero va seguido. “A veces estoy en mi mercadito. Sobre todo, para acompañar a nuestra prima y cuando me entero que van a estar algunos vecinos, que me piden que salga de casa. Pero igual es una situación que sigue dándome miedo”, dijo.

“Casi siempre me quedo en mi casa (a pocos metros del local) haciendo las tareas domésticas. También acompaño a mi hija de 6 años a la escuela. Igual en el negocio suelen estar también mi papá y mi esposo”, consignó después.

Mery aludió luego a que la inseguridad no es patrimonio sólo de su comercio, sino que “se están escuchando muchos robos a negocios en Berisso”.

Robos

En ese sentido, apuntó que “hace dos sábados robaron en una agencia de loterías de las calles Montevideo y 30. También hace unos días a un almacén de 22 entre 166 y 167”. Y agregó: “no se puede seguir así, tanto para comerciantes como para quienes sienten miedo de salir de sus casas”.

 

 

 

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