El ex chofer se incorporó al club de los arrepentidos
Edición Impresa | 3 de Agosto de 2018 | 04:44

Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta en el ministerio de Planificación, aceptó convertirse en un “imputado colaborador”, nombre técnico de los “arrepentidos” judiciales de acuerdo a la legislación argentina.
El autor de los “cuadernos de la corrupción“ se incorporó así a un grupo que integran Leonardo Fariña y Alejandro Vandenbroele, el testaferro a través de quien Amado Boudou quiso quedarse con la imprenta Ciccone.
Todos están implicados en causas de corrupción y pretenden obtener beneficios judiciales por sus declaraciones.
Hace dos años, en abril de 2016, el financista Fariña declaró durante más de diez horas frente al fiscal Guillermo Marijuan en el marco de la causa conocida como “la ruta del dinero K”, iniciada tras la difusión en Canal 13 de las operaciones de lavado de Lázaro Báez a través de la firma fantasma Teegan Inc, y disparada al cielo con la publicación de Báez y los suyos contando dólares en la financiera La Rosadita.
Como aún no había una “ley del arrepentido” especial para casos de corrupción, Marijuan apeló a la última reforma de la ley que admitía esa figura para causas de narcotráfico. Fariña se incorporó así al programa de Testigos Protegidos del ministerio de Justicia.
El Congreso sancionó -dos meses después - la ley 27.304, que detalla mejor los términos de la negociación para que un acusado por corrupción aporte datos a la causa a cambio de un beneficio judicial.
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