El huracán Florence descarga un sinfín de lluvias “épicas” y deja al menos nueve muertos
Edición Impresa | 16 de Septiembre de 2018 | 03:12

La tormenta tropical Florence no da tregua en la costa sureste de Estados Unidos y sus fuertes vientos y lluvias “épicas” causaron ayer la muerte de cuatro personas más, para un total de al menos nueve, y la notable crecida de ríos y lagos que comienzan a desbordarse en Las Carolinas.
Una vez que se dejó atrás la condición de huracán y Florence se degradó a tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos de 45 millas por hora (75 km/h), la preocupación de las autoridades son las incesantes precipitaciones. Y con razón, pues las lluvias “épicas”, tal y como las ha calificado el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, han llevado a batir un récord de acumulación de agua, con más de 30 pulgadas (76 centímetros) en la ciudad de Swansboro, mientras que hay otras cuatro más por encima de las 20 pulgadas (50 centímetros).
La anterior marca, de 61 centímetros, se estableció en 1999 durante el paso del huracán Floyd por la región. Esas lluvias son las que han provocado la muerte de tres personas en el condado norcarolino de Duplin debido a “riadas y balsas de agua en las carreteras”, según información del alguacil local.
La situación es tan dramática que la policía local decretó un toque de queda de doce horas
La situación es tan dramática que la policía local decretó un toque de queda de doce horas en su jurisdicción para reducir las posibilidades de accidentes de este tipo y durante la noche solo permitirá traslados de vehículos de emergencia y por motivos laborales.
Además una mujer falleció al chocar su automóvil con un árbol que había caído sobre la carretera y se convirtió en la primera víctima mortal en Carolina del Sur.
En este estado se encuentra Florence, que se desplaza a tan solo 2 millas por hora (4 km/h) rumbo oeste, lo que deja a Carolina del Norte en su cuadrante “sucio”, a donde llegan sus bandas exteriores que proceden del mar y, por eso, llegan fortalecidas y cargadas de agua.
Y es la misma que cae a raudales en esta región sureña, cuyo gobernador aseguró que suponen un riesgo más “inmediato” que cuando el viernes Florence tocó tierra en el estado como huracán de categoría 1.
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