Otra jornada de fuerte tensión en la Ciudad por el conflicto sindical
Edición Impresa | 19 de Septiembre de 2018 | 02:29
La ocupación de la sede del ministerio de Economía de la Provincia ayer por parte de los trabajadores del Astillero Río Santiago marcó otra jornada de tensión en la Región por el conflicto que enfrenta al gobierno de María Eugenia Vidal con el gremio ATE Ensenada.
El 20 de agosto pasado, las calles de La Plata fueron un caos. Piedrazos, balas de goma, gases lacrimógenos y al menos 12 policías heridos (entre ellos el subjefe de la Departamental La Plata), dos patrulleros destruidos, cinco detenidos y destrozos en la Gobernación fue el saldo de la movilización de los trabajadores de Astillero para reclamar a la Provincia medidas para la planta naval.
Los incidentes comenzaron cuando los manifestantes intentaron ingresar al edificio de la Gobernación.
Ese movimiento generó una inmediata reacción de efectivos de la policía que se encontraban desde temprano custodiando el edificio de 6 entre 51 y 53 y que derivó en una batalla campal en la que abundaron destrozos, pedradas, balas de goma y gases lacrimógenos.
Los enfrentamientos se trasladaron a la esquina de 7 y 49, donde un patrullero atropelló a un manifestante, episodio que terminó con el móvil policial destruido.
toma de la planta
La semana pasada se produjo otro episodio central. El jueves, los trabajadores mantuvieron ocupada la planta de Ensenada por más de nueve horas.
Fue luego de que los dirigentes gremiales mantuvieran una reunión con el presidente de la empresa Daniel Capdevila.
En ese encuentro, que se produjo al mediodía, los representantes de ATE pidieron que la empresa destrabe los fondos para adquirir insumos que permitan continuar con los trabajos en el buque petrolero Eva Perón.
Al no obtener respuesta, decidieron disponer una toma en las oficinas administrativas de la planta, manteniendo encerrados a Capdevila, unos 15 directivos y empleados.
La toma se extendió hasta entrada la noche, cuando Capdevila accedió a firmar un acta acuerdo en la que la Provincia se comprometía a recibir a los trabajadores.
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