Cuestionan al papa Francisco por su papel en el emblemático caso del cura Julio Grassi

Es por un estudio que encargó cuando era Cardenal, que concluyó que el acusado era inocente, que las víctimas mentían y que el caso nunca debió llegar a la Justicia

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LUIS ANDRÉS HENAO Y NICOLE WINFIELD
Asssociated Press

El papel del papa Francisco en el caso más notorio de abuso sexual sacerdotal en Argentina está de nuevo bajo la lupa, en momentos en que enfrenta la mayor crisis de su papado por el encubrimiento de casos al interior de la Iglesia católica y las acusaciones de que el propio pontífice se puso de parte de los indiciados.

Francisco, quien entonces seguía siendo el cardenal Jorge Mario Bergoglio, encargó en 2010 un estudio sobre el proceso legal en contra de un sacerdote condenado, estudio que concluyó que el acusado era inocente, que las víctimas mentían y que el caso nunca debió de ir a juicio.

La Iglesia argentina dijo que dicho estudio -obtenido por The Associated Press, de más de 2.000 páginas en cuatro volúmenes encuadernados y con reproducciones de pinturas de Johannes Vermeer en las cubiertas- era para uso interno exclusivamente. Pero los documentos presuntamente terminaron en los escritorios de algunos jueces de las cortes argentinas que decidirían las apelaciones del reverendo Julio Grassi.

El estudio concluyó que las acusaciones contra Grassi no quedaron demostradas

 

A pesar del estudio, la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina ratificó en 2017 la condena y la sentencia de 15 años de prisión en contra de Grassi, un reconocido sacerdote que administraba refugios para niños en situación de calle en Argentina.

El estudio, y el papel de Francisco en el caso de Grassi, han tomado nueva relevancia tras las acusaciones hechas por un ex embajador del Vaticano de que Francisco, y una larga lista de funcionarios del Vaticano antes que él, encubrieron los actos de abuso sexual de un reconocido cardenal estadounidense.

Ni Francisco ni el Vaticano han respondido a las acusaciones de que Francisco restituyó al ex cardenal Theodore McCarrick en 2013 tras haber sido sancionado. El Vaticano no ha respondido a una solicitud de comentario respecto al papel de Francisco en el caso de Grassi.

En una entrevista exclusiva con la AP, una de las víctimas de Grassi, Gabriel, dijo que sigue a la espera de que Francisco reconozca su dolor después de que la Corte Suprema dictaminó que sí fue agredido sexualmente por Grassi cuando tenía 13 años de edad.

“Me gustaría que la Iglesia diga algo, pero lo veo como algo lejano”, dijo Gabriel, sentado junto a su psiquiatra. “Nunca nadie se acercó. Nadie en ningún lado. A nadie le importo”.

Francisco, ex arzobispo de Buenos Aires, no era el obispo de Grassi ni estaba a cargo de él. Pero en 2006, la ahora extinta revista argentina Veintitrés publicó declaraciones suyas en las que afirmaba que las acusaciones en contra de Grassi eran “una saña informativa contra él, una condena de los medios”.

Dijo que se abstendría de juzgar hasta que se resolviera su proceso penal, pero el mismo Grassi testificó que Bergoglio “nunca me soltó la mano” durante el proceso legal.

Durante la presidencia de Bergoglio, la Conferencia Episcopal Argentina comisionó en 2010 al reconocido abogado de defensa penal argentino, Marcelo Sancinetti, para refutar la investigación de la fiscalía respecto a Gabriel y otros dos ex residentes de la Fundación Felices los Niños.

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