Opiniones impopulares del cine nacional más taquillero

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Pedro Garay

pgaray@eldia.com

¿Vimos algo memorable durante este “supermes” del cine local? Cada cual tendrá su respuesta: lo memorable en el cine, después de todo, depende de manera casi azarosa de quién lo ve, en qué momento de su vida, con quién; el canon cinematográfico es mucho menos racional y caprichoso de lo que a veces dejamos entrever los escribas. Pero con esta salvedad realizada, lo cierto es que este servidor piensa que la respuesta es “no”.

Pero, ¿y “El Ángel”? Disfruté de la biopic de Robledo Puch, pero también, de manera maliciosa, disfruté leer a quienes señalaban ciertas poses de la película, planteos algo adolescentes sobre el arte desde los márgenes propuestos por una cinta estrenada en 390 salas y distribuida por una multinacional. El marketing de la rebeldía.

Encontré feliz pero casi sin humor a “El amor menos pensado”; y en “La Quietud” vi una película despareja de un director virtuoso, que no encuentra el tono, que toma decisiones narrativas extrañas, que hacen mutar un filme de atmósfera opresiva y sexual a un culebrón. Aunque, en una sola escena de “La Quietud”, encontré humor más oscuro y ácido que en todo “Mi obra maestra”.

Más nobles que estos tanques me parecieron varias películas chicas que, opacadas por el aparato publicitario, no pudieron aprovechar el mes promocional. Cintas como el noble western “La educación del Rey”, que se vio en el Select y se verá en el FESAALP, terminan por forzar una pregunta: ¿necesita una película distribuida por Fox como “El Ángel” una ayuda promocional para vender más entradas? ¿O el cine nacional que debería verse más es ese otro cine, que permanece a la sombra de los superhéroes y, ahora, del cine nacional manufacturado para vender entradas?

 

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