No festejó el empate, pero reconoció la gran entrega

Walter Epíscopo

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La ansiedad era mucha. Prácticamente un mes sin ver al equipo de local. El hincha necesitaba Bosque, volver a encontrarse con el equipo y los amigos de la tribuna o la platea, tras dos excursiones positivas por Tucumán y Entre Ríos. Horario incómodo el de las 13:15; por que antes, es temprano para almorzar y después del partido, ya es tarde. Por eso el paty, el chory o la bondiola al paso, entrando o saliendo del “Juan Carmelo Zerillo”, ayudó a engañar el estómago.

Partido complicado por que la visita tiene jugadores de nombre, muy interesantes que no la harían fácil. La discusión desde temprano en los jardines del estadio se planteó de cara a la intensa semana que se viene con tres partidos en siete días, pero lo que ocurriera ante el Canalla podía servir de envión para el jueves ir por Boca en la Copa Argentina, o después tratar de “robarle” algo a Unión.

“Hoy ganamos; a Boca lo dejamos afuera por penales; y después nos traemos un empate de Santa Fe”, decía LuisAcosta que se prendía y se desprendía la campera Le Coq, según se iba o volvía el sol. A su lado en un pasillo de la Platea Techada, Ariel Lencina levantaba las cejas y movía la cabeza como diciendo, “no estaría mal”.

El empate dejaría diferentes visiones y sensaciones por que el equipo nunca apretó el freno, jugó a fondo, con el corazón en la mano, metiendo y metiendo. Le faltó claridad tal vez, pero le sobró hambre. El público cuando se expresa de manera multitudinaria con un aplauso o coreando a alguien, pocas veces se equivoca. Ayer el podio de elegidos fueron sin dudas Rinaudo, Melluso y Silva, quienes recibieron la caricia del hincha durante pasajes del encuentro.

Los habitantes de las plateas de los Sectores “A”, “B” y Palco “Durán” ubicados en el sector de arriba donde antes estaban los bancos de suplentes, celebraron que sacaran el acrílico puesto años atrás para poder ver mejor. El Coco San Esteban, Lucas Lobos, el Chivo Castagneto y el Toscano Roselli, ex jugadores Triperos de diferentes épocas, no le sacaban la mirada al partido y hacían fuerza queriendo empujar para adelante a los de Troglio.

Partido trabado. Por momentos se puso áspero. El Lobo mostró caracter y logró empatar cuando nacía el complemento, gracias a un penal que el Tanque Silva cambió por gol, más allá que el fallo dejó muchísimas dudas. El uruguayo lo gritó con alma y vida.

El hincha trató de empujar pidiendo un poco más en los últimos minutos esperando el gol que le diera el triunfo, pero que no llegaría. “Si no se puede ganar, no hay que perder. Se sumó... antes estos partidos por ahí los perdíamos”, decía Marcelo Martínez mientras aplaudía al equipo tras el final.

“¿Qué me importa la Copa Argentina? Quiero ganarle a Unión, me importa el torneo, tenemos que sumar, no pensar en la Copa Argentina”, decía Carlitos Arturi, retirándose por la puerta de Socios. La discusión estaba planteada entre los que se quedaban comentando en los jardines.

“Ganar en Córdoba con Boca puede ser un buen envión anímico para después ir a Santa Fe y para el grupo”, argumentaba Miguel Castellano, saliendo con paso distendido por Avenida 60.

La Tabla de los Promedios el hincha no deja de mirarla y también analiza otros resultados. Pensar en seguir avanzando en la Copa Argentina y dejar en el camino al Boca de Guillermo Barros Schelotto suena a ese gustito que te podés dar y así tener una alegría extra. Tal vez con esas idea se fue caminando ayer por la calle 118 el hermano mayor de los Mellizos, el doctor Pablo Barros Schelotto tras el empate frente a los rosarinos.

Por dominio territorial mereció mejor suerte Gimnasia, ante el planteo “canalla” del Patón Bauza. La visita no pateó al arco, salvo el tiro libre del gol. Nicolás Sanguinetti (hijo del Topo y también ex jugador del Club) en su regreso al Bosque no vio ni una sola atajada de su cuñado Alexis Martín Arias. “Hay equipo para pelear las dos cosas”, confió el Topito esperanzado.