Lo pescaron, lo golpearon y lo arrestaron por un intento de robo de celulares en una obra
Edición Impresa | 6 de Septiembre de 2018 | 02:49
Un joven de 19 años que habría intentado saquear las pertenencias de varios albañiles en una obra situada en 46 entre 3 y 4 fue reducido en plena calle por sus presuntas víctimas y retenido hasta que llegaron efectivos de la Policía y lo trasladaron a la comisaría primera, donde quedó bajo la acusación de intento de hurto.
Entre el hecho por el que se lo acusa y el arresto transcurrió media hora en la que, primero con violencia, luego con paciencia frente a una tribuna de curiosos y espontáneos activistas en favor de la libertad del presunto ladrón, algunos albañiles lo tuvieron inmovilizado en la calle. Mientras se hacían los llamados al 911 y se esperaba por la intervención policial, los trabajadores se repartieron aparatos que tomaron de una mochila del acusado. Para entonces, uno de ellos le había aplicado tres o cuatros golpes de puño y al menos una patada en la cabeza mientras otro lo tenía agarrado, inmóvil, en el piso.
Los gritos del presunto ladrón y la ira de quienes habrían sido despojados mientras levantaban paredes, atrajeron a todo el mundo.
“La cárcel no sirve”, dijo un par de veces, palabras más palabras menos, una joven que se acercó a la escena con intenciones de mediar y luego quiso ayudar al acusado. Primero le prestó su teléfono para que avise a sus familiares que había caído. Luego, intentó convencer a los albañiles de que lo dejaran ir. Tenía la compañía de otra veinteañera que alertó sobre la pelea “de trabajadores” y criticó al Gobierno por el deterioro económico. A los gritos, el joven se sumó al coro anti Macri. Del otro lado de la calle una mujer contestaba con pedido de mano dura contra el robo y el apuntado le respondió con palabras de xenofobia. Una señora mayor, con voz quebrada recomendó: “Déjenlo ir. Alguien va a confiar en él”.
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