Raros días de enero en la Ciudad: el “modo vacaciones” recién asoma entrada la tarde

Cada mañana de esta semana, el centro platense sólo remitió al receso estival por el calor intenso y la ausencia de escolares

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Quien por estos días transita el centro platense a pie o en vehículo, recién entrada la tarde cae en la cuenta de que es enero, pese a que apenas transcurrió un tercio del mes “más veraniego del año” por excelencia. A la mañana, sólo el calor y la humedad remiten al tradicional parate de las vacaciones. “A las 10, 11, al mediodía, esto parece marzo, mayo o cualquier mes de plena actividad”, asegura un canillita que vio pasar decenas de eneros desde el corazón del microcentro.

Un corto paseo de media mañana por 48 ó 47 entre 6 y 9, o por las cuadras más céntricas de avenida 7, alcanzan y sobran para que un peatón sea ganado por unas ganas irrefrenables de huir hacia un espacio abierto, salvo que no le quede opción. Más aún si es un día de sol y el termómetro marca treinta y pico.

“Esto no fue así la semana pasada”, le comentó ayer Mateo (31) a su amigo Carlos (40), quienes estaban sentados a la mesa de un conocido bar de calle 8, amparados por las nubes y una temperatura de 20 grados. “Es que mucha gente pasó las fiestas, o al menos el fin de año en la costa, y le pegó de corrido la primera semana. Listo. Ahora se notará que es enero desde el viernes hasta el domingo”, reflexionó Carlos, ante la consulta de este diario.

Comerciantes y peatones coincidieron en que el movimiento “no es normal” para esta altura de enero, así como en las causas: “No hay plata. La gente se quedará, o se irá muy poquitos días”, aseguró Karina Valle (29), empleada de comercio.

Al gentío, el calor y la humedad, se le suman las veredas rotas, sucias y literalmente ocupadas por los manteros. Avanzar por 7 u 8 cerca del mediodía, desde el lunes hasta ayer requirió de paciencia o de capacidad para no pisar ni empujar a nadie.

Estacionar

En auto, también se complica la cosa. “El miércoles a la mañana fui a hacer un trámite a la Agremiación (Médica Platense situada en 6 entre 55 y 56). A esta altura de enero, otros años estacionaba donde quería. Esta vez tuve que dar varias vueltas y dejar el coche a tres cuadras”, describió el doctor Ulises Cuba.

“Poca gente de vacaciones. Está brava la cosa”, sintetizó Pablo Maciel, docente jubilado, mientras hacía la cola para acceder a los cajeros automáticos ubicados en 48 entre 6 y 7, al lado de la entrada principal de la Facultad de Derecho.

A las 13 el ritmo empieza a bajar un poco, al igual que el ruido de los bocinazos

Al paisaje se suman las veredas rotas, sucias y literalmente ocupadas por los manteros

 

Si bien las filas ante los cajeros en la Ciudad no son propiedad de ningún mes del año -o lo son de todos, según como se mire-, más de un vecino consultado se quejó de tener que pasar una mañana de principios de enero tan similar a la de las épocas de actividad plena.

“No es una moda”

No fueron pocos los sorprendidos por mañanas tan movidas en el microcentro a esta altura del año, es decir, una altura muy pero muy bajita, que no llega al escalón.

Otros, en cambio, aseveraron que “se veía venir”. Como Carlos, el comerciante que, mientras compartía un café con su amigo en calle 8, dijo que a él en realidad lo sorprendió “ver la Ciudad vacía la primera semana”.

“Es evidente que fue un coletazo de las fiestas, porque el cambio con esta semana fue infernal”, lanzó.

“Algunos hablan de la moda de irse de vacaciones los fines de semana. Yo lo llamo falta de plata. ¿Quién no quiere irse 10, 15 días a la playa o a donde más le guste?”, se preguntó.

La respuesta quedó sobrevolando la marea de gente que iba y venía por las veredas del corazón del casco urbano de la Ciudad.

Tardes tranquilas

Cerca de las13 todo se empieza a calmar un poco. La ausencia de las corridas, los bocinazos y los autos estacionados en doble fila que caracterizan los cambios de turno de las escuelas, ya implican una modificación sustancial respecto de otros meses. A ello se suma que muchos comercios, en enero, atienden sólo de mañana.

Pasadas las tres de la tarde, el movimiento se calma. Si bien las calles no terminan de devolver la clásica postal del receso estival, ofrecen un panorama muy distinto del que se observa cada mañana en estos raros días de enero.

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