Una nueva desprolijidad de la AFA, y van...

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Por: Martín Cabrera

mcabrera@eldia.com

La gestión de Claudio Tapia es desconcertante. Se supera día a día, más allá de sus supuestas buenas intenciones. Ahora, contra todos los pronósticos, anunció la llegada de César Luis Menotti al cargo de Director de Selecciones Nacionales.

Sí, después de confirmar a Lionel Scaloni en el cargo de técnico de la Mayor (con un cuerpo técnico), luego de designar a Fernando Batista en el seleccionado sub 20 y trazar un orden de responsables en las selecciones menores, la Asociación del Fútbol Argentino decidió recurrir a un peso pesado del fútbol argentino para un cargo trascendental. ¿No hubiese sido mejor empezar por nombrar a Menotti antes del armado anterior? ¿Es Menotti la persona que necesita Argentina para este momento del seleccionado? ¿Por qué nombrar a un entrenador que ni siquiera había pisado el predio de Ezeiza en los últimos 35 años?

Menotti no tiene la culpa de este mamarracho. Igual sería si Tapia hubiese nombrado a Carlos Bilardo, más allá de sus actuales problemas de salud. Hoy por hoy parecen ser dos glorias, dos referentes de consulta, dos tipos que merecen sus estatuas, pero no trabajar en lugar tan caliente del fútbol argentino.

La última vez que Menotti trabajó vinculado al fútbol fue en 2010. En aquella oportunidad, por pedido de Julio Comparada, aceptó un cargo similar al que va a tomar en la Selección. Fue manager de Independiente, cargo que ocupó un puñado de meses con un resultado negativo.

También fue consulta de Jorge Sampaoli, a quien mojó con agua bendita en la previa del Mundial. Un mes después estaba exteriorizando en los medios su bronca con una frase poco feliz: “Me gustaría agarrar un revólver y matarlos a todos”.

Por último, otro detalle de este despropósito: Jorge Burruchaga seguirá siendo el manager de la Selección, una Selección atada con alambre.

 

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