Juan Bautista Osácar
Edición Impresa | 22 de Enero de 2019 | 01:52

El abrupto fallecimiento de Juan Bautista Osácar provocó muestras de profundo pesar en diferentes ámbitos profesionales, sociales y deportivos de la Región.
Extrovertido, emprendedor, de fuerte personalidad, Juan Bautista no pasaba desapercibido en cada sitio al que asistía.
Había nacido el 10 de agosto de 1963 en nuestra ciudad. Hijo de Jorge Osácar y Susana Berridi, fue el menor de tres hermanos, quienes se forjaron en fuertes valores familiares, el respeto por el otro y la fuerza de lucha para dar marcha a todas las inquietudes que se presentaron en el camino.
Hizo la primaria en el Normal 3 y en el colegio San José, la secundaria en el colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata y en la Escuela Media 2. En su juventud encaró dos carreras univesitarias: abogacía y bellas artes, ambos en la UNLP. Sin embargo, se quedó con la profesión que atesoró para siempre: martillero público.
Heredó de la familia su pasión por el deporte. Estudiantes de La Plata en el fútbol y el club Los Tilos, en el rugby. En este equipo tolosano hizo las inferiores y llegó a ser parte de la primera división. Su sentido de pertenencia con ambas instituciones fueron una marca de fuego en su vida.
Tuvo tres hijos: Juan Bautista (Juanito), Victoria y Valentín. Estaba casado con Paula Montenegro.
En forma aficionada hizo ciclismo, natación, tuvo mucho apego a las prácticas deportivas. Eligió ser vegetariano, no fumaba ni tomaba alcohol. Con este cuadro de situación sorprendió aún más su muerte, a los 55 años, situación que profundizó la tristeza entre sus familiares, amigos, allegados, conocidos de diferentes ámbitos, quienes supieron compartir momentos con él y disfrutar de su arroladora presencia, con un perfil de quien siempre forjó gratos momentos.
También le gustaba viajar mucho y disfrutaba con familiares y amigos de sus vacaciones en Uruguay, uno de sus destinos más elegidos para el descanso.
Además, a través del rugby participó con el club Los Tilos de las giras que realizó el club en Australia y Nueva Zelanda, territorios donde el deporte de la ovalada tiene gran predicamento.
La amistad, los valores de buena gente, la audacia en el mejor de los sentidos a la hora de trabajar, practicar deporte y buscar objetivos colectivos fueron parte de sus principales rasgos, que lo llevaron a sumar numerosas amistades y compañeros de la vida.
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