Pensando en el bolsillo de las familias, los colegios privados aflojan con el uniforme

En muchas instituciones ahora permiten el uso de los equipos deportivos de lunes a viernes. Los precios aumentaron hasta 30%

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A poco mas de un mes de que comiencen las clases, muchas familias ya organizan la compra de los uniformes escolares para que a último momento el impacto de ese gasto no se sume al de los útiles escolares y libros que deberán adquirir cuando sus hijos vuelvan a las aulas. Luego de una recorrida por distintos comercios del rubro, se constató que avanza el uso de los equipos deportivos sobre el de uniformes formales - pantalones pinzados, polleras, camisas y corbatas -, y que los aumentos con relación a los precios del año pasado van del 10 al 30 por ciento.

La ropa escolar no escapó a la escalada inflacionaria del año pasado y su precio acusa recibo de los costos de la materia prima, de la mano de obra y de los servicios.

Alberto Peroni, al frente de un comercio de ese rubro, reconoció que los valores se modificaron en torno al 30 por ciento; pero para alivianar el impacto anticipó que su comercio lanza promociones del 20 por ciento de descuento por pago al contado.

El comerciante también indicó que cada vez son mas los establecimientos educativos que aceptan el uso de equipos deportivos, ya no solo para los días en los que hay actividad física, sino también para el resto de la semana y señaló que hasta los establecimientos mas “conservadores” fueron aceptando de hecho que sus alumnos concurran de lunes a viernes con ese tipo de indumentaria.

Por eso también es una realidad que el diseño de esas prendas se fue actualizando de acuerdo a los usos y tendencias para que niños y jóvenes se sientan cómodos y a gusto.

Dependiendo de los talles, una campera y un pantalón buzo sale alrededor de 1200 pesos y las remeras del tipo chomba están entre 400 y 500 pesos.

En cuanto a las polleras y pantalones sus valores rondan los 800 pesos; las camisas están entre 550 y 600 pesos y las medias, 70 pesos. El calzado está unos 1800 pesos.

Los pintores que utilizan los mas pequeños salen entre 700 y 800 pesos.

“El precio de las telas fue de las cosas que mas aumentaron, como mínimo en un 30 por ciento, por eso se hace imposible mantener los precios del año pasado”, dijo Peroni.

En muchos comercios de la Ciudad se reconoció que los padres mas organizados comenzaron con las compras de los uniformes a fin del año pasado, ni bien terminaron las clases, tal vez con la idea de no pagar los aumentos de precio de último momento.

No obstante muchos comerciantes consultados coincidieron en que la lista de precios se conformó en el último trimestre de 2018.

En un comercio cercano a la plaza San Martín se informó que esta semana creció la presencia de padres que van a comprar uniformes para sus hijos, “los precios se trataron de mantener parecidos a los del año pasado y las ventas empezaron a notarse”, reconoció la empleada consultada. Allí se anuncia que hasta el 15 de febrero los precios estarán congelados.

En ese marco, un pantalón jogging sale entre 550 y 575 pesos; una campera, 600 pesos; las remeras están, 275 pesos y los shorts, 270 pesos.

“No es fácil establecer cuánto se gasta por familia porque hay escuelas que piden más prendas que otras, pero acá los precios no se modificaron desde el año pasado, el último aumento fue en septiembre”, aseguró la encargada de esa céntrica casa de uniformes.

A raíz del cambio en las exigencias de los establecimientos educativos, Cecilia Curubeto reconoció que ya desde el año pasado dejaron de hacer uniformes escolares y ahora se dedican de lleno a la ropa de egresados, otra tendencia que se consolida entre quienes cursan el último año del nivel secundario, pero también entre futuros egresados de la primaria. En ese comercio se atienden pedidos de distintas zonas del país.

“Por ejemplo el colegio Sagrado Corazón cambió el uso de camisas por el de chombas o en el Eucarístico ya no exigen los abrigos del tipo montgomery por una cuestión de contemplar la economía de las familias”, sostuvo la comerciante.

Con relación a la ropa de los egresados, se indicó que por lo general los cursos arrancan varios meses antes con los preparativos de la indumentaria que llevarán todo el año.

“En agosto del año pasado ya tuvimos pedidos para este año y las entregas comenzaron en octubre”, dijo y agregó que los alumnos intervienen en los diseños de buzos que les salen en promedio unos 1800 pesos.

Un combo de remera, campera y pantalón ronda los 2700 pesos y la demora en la entrega es cercana a los 60 días.

 

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