“Pidió una habitación y pagar por adelantado”

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A las 21 del domingo 20 de enero Abel Campos entró en el hotel Catedral, de 49 entre 14 y 15, “con un bolso y sin vehículo. Se presentó, pidió una habitación por una noche, para él solo, y pidió pagar por adelantado, algo que no solemos hacer”, explicó Gustavo, uno de los dueños del lugar, que esa noche atendía su hermana.

“Este es un hotel familiar, que atendemos con mis dos hermanos y mi padre desde hace 22 años. No notamos nada raro, sino no lo hubiéramos alojado”, contó. Campos tenía encima una carabina 22, un veneno potente y las citaciones para declarar que le había enviado la DDI, a instancias de la fiscal Ana Medina. “A la medianoche vino la policía y preguntó por él. Cuando subieron a buscarlo, con mi padre, se escuchó la detonación”.

Según Gustavo, “es frecuente que la policía venga a preguntar si hay alguien particular en el hotel, pero es la primera vez que la persona que buscaban, estaba”.

En las tres horas que pasó en el cuarto 12 del primer piso, Campos no salió. Tampoco recibió a nadie. Ni nadie lo llamó.

 

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