Pese al calor, cada vez más adultos mayores entrenan en grupos
Edición Impresa | 30 de Enero de 2019 | 01:40

Ni el calor sofocante ni las marcas de una temperatura que no para de subir parecen excusas válidas para huirle a la actividad física. Al menos para ellos, los adultos mayores que, ya sea con un trote alrededor de la plaza o con una rutina en el gimnasio, protagonizan por estos días un verdadero boom en la Ciudad. Y no hay sol agobiante o achaque que los frene, porque cada vez son más los que deciden aprovechar la tranquilidad del verano para juntarse y realizar actividad física en grupo. Aunque claro: ante tanto ejercicio y entusiasmo, no son pocos los que apuntan una y otra vez que los recaudos que se debe tomar deben ser casi tan rigurosos como rigurosa la disciplina a la hora de entrenarse.
Mantenerse hidratado, permanecer en lugares frescos y ejercitarse de mañana temprano o al caer el sol son las recomendaciones de los especialistas para realizar actividad física en verano, para evitar así los efectos de los rayos ultravioletas. “Además de la hidratación es importante realizar ejercicio en aquellos horarios en los que las temperaturas son un poco mas bajas”, apunta Guillermina Negro, profesora de Educación Física y quien admite que cada vez son más las personas que pasaron los 50 años pero que se juntan para compartir una rutina aeróbica.
“En nuestro gimnasio recibimos cada vez más personas que se dan cuenta de los beneficios que trae entrenarse -apunta Negro-, porque además de mejorar el físico ayudamos a nuestra mente evitando y previniendo el deterioro cognitivo, activando nuestras neuronas, mejorando y aumentando incluso nuestra autoestima, como así también nuestra capacidad y posibilidad de relacionarnos con otras personas, generando la posibilidad de conocer gente, hacer nuevas amistades, compartir con ellos nuestras vivencias y nuestras experiencias de vida que tan bien hacen en estas edades”.
Lo que apunta la experta local entra en sintonía con el propósito de María Esther Soria, una jubilada platense que, a los 67 años, sale a correr cuatro veces a la semana por la plaza Islas Malvinas con un grupo de dos o tres amigas de la misma edad. “A la mañana o a la tardecita ya lo tenemos pautado -cuenta ella-. Arrancamos hace un año y, si bien al principio lo hacíamos de manera intermitente, ahora mantenemos una rutina más o menos fija”.
No muy distinto es el panorama que pinta Delia Ordóñez (73), una jubilada de Los Hornos que por ahora no se anima al running pero comenzó hace tres meses a tomar clases de GPG (gimnasia postural global) junto a un grupo de personas de su edad. “Nunca en mi vida hice nada de actividad física -cuenta Delia-, pero empecé con el GPG tres veces por semana y ahora siento que si no voy a las clases algo me falta...”
Las palabras de Delia cobran especial sentido en un contexto donde, según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud, más de 1.400 millones de adultos tienen una actividad física insuficiente, lo cual los expone a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, demencia o algún tipo de cáncer.
“Por eso es fundamental destacar la importancia de la actividad física en las personas mayores”, sostiene Negro, para quien la presencia de abuelos en los gimnasios no sólo es un boom de este verano sino una modalidad que se viene acentuando en los últimos años.
LOS RECAUDOS
No sólo desde los gimnasios locales enumeran los recaudos que se deben tomar en cuenta a la hora de ponernos en movimiento, sobre todo si pasamos los 50. Jorge Franchella, a cargo del Programa de Actividad Física y Deporte del Hospital de Clínicas, apunta que se debe tomar líquidos antes, durante y después del ejercicio. “Deben ingerirse alrededor de 120 a 150 ml de líquido cada 15 a 20 minutos aproximadamente. El mecanismo de la sed es un signo tardío de falta de líquido en el cuerpo”, precisó.
Con respecto a los lugares y tipo de actividad, señaló que, teniendo en cuenta que la mayoría de las plazas son de cemento, conviene realizar deportes acuáticos, donde el cuerpo pierde 25 veces más calor. Sobre la vestimenta, los médicos reiteraron que en días de calor es preferible usar ropa liviana, de colores claros y telas que retengan la humedad, no es bueno salir sin remera y no se debe olvidar la protección de la piel ante los rayos nocivos del sol. La intensidad de la actividad debe estar regulada y con objetivos posibles según las particularidades de cada persona, que no impliquen riesgos para la salud. “La cantidad e intensidad de entrenamiento deben incrementarse en forma progresiva: primero se aumenta la frecuencia semanal, luego el volumen y finalmente, la intensidad”, finalizó el profesional.
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