Alimentos envasados: ¿Cómo leer las etiquetas nutricionales?

Qué tener en cuenta a la hora de analizar los ingredientes de las comidas y cómo detectar si son buenos para nuestra salud

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Los etiquetados de los alimentos envasados son fundamentales para saber qué estamos comiendo, cuántas caloría tiene y, por supuestos, el valor nutricional del producto que se ofrece en la góndola.

Es importante leer con detenimiento esa parte del paquete, pero muchas veces nos encontramos frente a la etiqueta sin tener capacidad de entenderla. Entre la mezcla de términos entre familiares y desconocidos, y los distintos valores de cada uno de ellos, suele aparecer el interrogante sobre si eso que tenemos en las manos en buano para la salud.

“Nutriente es una sustancia que forma parte de una alimento y que es indispensable para el crecimiento, el desarrollo y para vivir de manera saludable”, explica la licenciada en nutrición Viviana Desanzo (MN: 1.275), y agrega: “estos se dividen en macronutrientes (azúcares, proteínas y grasas) que aportan calorías y micronutrientes (vitaminas y minerales) que actúan en pequeñísimas cantidades, no aportan calorías y son indispensables para la vida.

Los Macronutrientes –Hidratos de Carbono, Carbohidratos, azúcares o Glúcidos- aportan 4 calorías por gramo de hidrato de carbono y se encuentran en forma natural en muchos alimentos como los vegetales y las frutas, la leche y derivados como el yogur o de forma refinada como el azúcar y en todos los productos industrializados que lo contienen. En las etiquetas suelen aparecer en los ingredientes con nombres como jarabe de alta fructuosa, jugo de caña o miel entre otros.

A su vez, las proteínas resultan fundamentales para el crecimiento, la renovación celular de los tejidos y también aportan 4 calorías por gramo de proteína. Están constituidas por aminoácidos, algunos de los cuales son esenciales o sea que el organismo no puede sintetizarlos y deben ser aportadas por los alimentos.

Las grasas o lípidos se constituyen por ácidos grasos, algunos de ellos esenciales o sea que no pueden ser sintetizados y deben provenir de los alimentos, y aportan 9 calorías por gramo de grasa. Su forma líquida a temperatura ambiente son los aceites y son de origen vegetal (grasa insaturadas) y su forma sólida son las grasas que provienen de animales (grasa saturadas). Las grasas saturadas están presentes en los lácteos enteros, manteca, y algunas carnes y conviene reducir al mínimo su ingesta.

“A continuación de la información nutricional sobre macronutrientes aparece la información sobre los micronutrientes, que son las vitaminas y minerales”, suma la licenciada.

Entre los micronutrientes se encuentran las vitaminas y los minerales como el sodio. Este resulta fundamental para el buen funcionamiento del organismo, su exceso esta en relación con la hipertensión arterial y en pacientes con esta patología tienen indicados distintos grados de reducción de este mineral. En personas sanas se recomienda no consumir más de 2 a 2,4 g de sodio teniendo en cuenta el proveniente de los alimentos y la sal de mesa.

Otros micronutrientes son el calcio y el hierro (fundamental en todas las etapas de la vida actúa en mínimas cantidades y transporta el oxígeno a las células. Su déficit en la ingesta provoca anemia ferropénica).

¿CÓMO LEER LAS ETIQUETAS?

“Mi sugerencia es comenzar por las normas de seguridad, forma de conservación, temperatura y fecha de vencimiento. Luego continuar por los ingredientes para detectar si alguna de las sustancias que contiene el producto nos está prohibida o desaconsejada por algún motivo. Y recién allí pasar a la lectura de la información nutricional”, detalla Desanzo.

 

Poca comprensión
Según la Segunda Encuesta de Nutrición en Argentina, solamente un tercio de la población lee las etiquetas nutricionales y solo la mitad de ellas comprende la información, lo cual implica que menos del 15% de la población entiende lo que lee.

 

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