El templo mayor de la Ciudad cuenta con un amplio tesoro de obras artísticas

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La Catedral platense atesora en “vidrieras de colores” verdaderas piezas artísticas de distinta procedencia.

Los primeros vitrales en llegar a la Ciudad fueron dos ventanales encargados a la casa alemana Zettler de Munich, en el año 1937 y están ubicados en el extremo de los brazos del transepto: el primero ubicado tras el altar de la Virgen de Luján denominado “Bella Vidriera” y el segundo con imágenes vinculadas a la Eucaristía.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial impidió que se siguiera pensando en Alemania para la realización del resto de los vitrales, y, en 1940, se optó por encargar a la casa francesa Maumejean Freres, de París. La iconografía de los ventanales bajos de las naves laterales del cuerpo principal, se refieren al Antiguo Testamento. En 1958 llegaron 27 vitrales, también desde de Francia y fueron ubicados en el deambulatorio y claristorio, con iconografía del Nuevo Testamento. Ya en 1995, sobre la fachada principal de la Catedral, comenzaron con los vitrales de la ojiva central.

 

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