Diego's old boys

En un partido inexplicable, el Lobo le regaló a Diego Armando Maradona su mejor actuación en el torneo: un 4 a 0 sobre Newell's en el Parque Independencia que además lo perfila mucho mejor para el clásico del sábado en el Bosque.

Si pasada la media hora del primer tiempo alguien le decía al tripero más fanático "tranquilo, hoy Gimnasia gana 4 a 0" la respuesta lógica hubiese sido un cachetazo o una camisa de fuerza. 45 minutos después -descanso incluido- el equipo de Maradona ganaba 4 a 0 y sacaba el pie del acelerador porque el pleito estaba liquidado. La enorme fiesta de los leprosos ante la visita del 10 trocó en silencio primero, murmullos luego y una gran preocupación cuando al partido le sobraba media hora.

¿Qué pasó? Pasó un primer tiempo de lucha y aguante, con la defensa multiplicando esfuerzos ante un rival superior que no pasaba del merodeo en el área de Martín Arias. Ayala con la colita cerca de los centrales, y el intento de presión alta, porque si Gimnasia no trata de ganar la pelota adelante, termina en la medialuna propia. Y en una presión exitosa, Caco García punteó la bocha y el tanque Contín hizo la de Mendoza: preparó, apuntó y esta vez la suerte ayudó: iba a la derecha de Aguerre, el desvío lo dejó parado y gracias a un gol "quinielero" festejó el triperío.

El desafío en el complemento parecía ser como aguantar la ventaja sin quedar pegados al arquero propio. Sin embargo, una ráfaga de Gimnasia noqueó al dueño de casa como en una vieja pelea de Tyson: se lo perdió Caco, pero enseguida Contín asistió a ¡Caire! para una buena definición del lateral. 2-0. Y otra vez Contín que ganó una pelota perdida, arreó la marca a lo Búfalo Funes y su remate rebotado en Aguerre, Tijanovich de cabeza lo convirtió en el 3 a 0. Y fue 4 a 0, porque Matías García (junto a Contín, figuras) tiró un centro al primer palo y fue olímpico. Y a esa altura, Paradela manejaba los hilos, Miranda aprovechaba los minutos y el Lobo por primera vez en meses fue un equipo.

Al juego le sobró media hora, que sirvió para pensar quien jugará en el clásico por el lesionado Comba (esguince de rodilla izquierda, compromiso en el ligamento lateral interno), para sacar cuentas en una buena fecha de los promedios, para hacerse la cabeza a cuenta con ese clásico esquivo desde hace casi diez años. Por primera vez, esa gran fiesta llamada Diego Maradona le permitió festejar también a los hinchas triperos. Y el propio Diego, que empezó la conferencia de prensa "con el corazón partido" por la goleada justo a la Lepra a la que prometió volver y la siguió tratando de disfrutar la victoria sin "pensar más allá", terminó bien metido en el clásico de la gente: "Les quiero ganar". Sin medias tintas ni temores. Bien a lo Maradona.

Y como dirían en la Iglesia Maradoniana, esta fue una Nochebuena (más para el triperío). Felíz Navidad.

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