Un mensaje para Macri pero que también retumba en las oficinas de Alberto Fernández
Edición Impresa | 1 de Noviembre de 2019 | 02:07

Por JOSÉ PICÓN
Habían pasado no más de tres horas desde que Axel Kicillof se retiró de la Gobernación cuando sus declaraciones volvieron a sonar fuerte. En Tigre, rodeado de intendentes y un grupo de legisladores, lanzó una definición que pareció apuntar a María Eugenia Vidal aunque en rigor tuvo blancos adicionales y mensajes cifrados.
“Hay un compromiso de la Nación de que enviará en estos días recursos a la Provincia. Esperemos que cumplan”, lanzó.
La frase pareció apurar a Mauricio Macri y revela la preocupación que tiene el gobernador electo respecto del estado de la caja que recibirá el 10 de diciembre y que un puñado de días después deberá poner a prueba su robustez para hacer frente al pago de sueldos y aguinaldos de unos 600 mil trabajadores estatales y docentes.
El mensaje parece tener otro destinatario: el futuro habitante de la Casa Rosada, Alberto Fernández. La Provincia es dependiente crónica de los recursos adicionales que recibe de la Nación. Esa dependencia es producto de una histórica discriminación en el reparto de los recursos federales que viene sufriendo el principal distrito del país.
Kicillof viene planteando un panorama sombrío sobre la situación bonaerense e incluso habló de que recibirá “tierra arrasada”. Si ese diagnóstico se acerca a la realidad, su novel gestión necesitará más que nunca de la generosidad del nuevo presidente.
PARAGUAS
El gobernador electo comenzó a abrir el paraguas sobre la herencia que recibirá. Cree que habrá recursos escasos para afrontar una demanda infinita. Ayer, por caso, invitó a los intendentes a manejarse con suma austeridad. Es altamente probable que busque pasar la guadaña, como Vidal hizo en los dos últimos años, sobre el gasto político de la Legislatura.
También se sabe que prepara un achique de estructuras, al menos en lo que respecta a la cantidad de ministerios.
Empiezan a abundar además señales sobre paritarias salariales no muy generosas para el año que viene. Quizás con esa previsión, el líder del Frente de Unidad Docente, Roberto Baradel, salió ayer a pedir un compromiso de Alberto Fernández que permita recomponer el salario de los maestros. El dirigente nunca mencionó a la Provincia, pero se sabe que ya mantuvo reuniones tanto con el presidente electo como con el propio Kicillof.
Ayer, en medio del eufórico arribo del mandatario electo a Casa de Gobierno, quizás el ex ministro no llegó a palpar el reclamo que se mezcló entre el jolgorio de recibida. Los carteles que enarbolaban varios empleados en los que se podía leer “125”, tenían que ver con el viejo reclamo de los agentes del ministerio de Gobierno por el pago de una bonificación. Acaso sea una pequeña muestra de que las reivindicaciones laborales no quedarán archivadas con su asunción y el retorno del peronismo al poder en territorio bonaerense.
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