Un holograma ya pronto serás

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Con asombrosa imaginación, Gonzalo Gossweiler aborda en “Los hologramas no hacen compañía” historias que se nutren de la ciencia ficción para construir universos futuristas cargados de melancolía, por los que transitan en soledad personajes adolescentes.

Los cuentos se destacan por los climas -muchos diáfanos a pesar de las situaciones límite que abordan- y las historias que con gran libertad y belleza desarrolla el escritor, en escenarios que fluctúan entre Tokio y Buenos Aires.

Gossweiler (Lomas de Zamora, 1984) cuenta que en su obra, publicada por China Editora, los personajes remiten a imágenes de animé. “En mi adolescencia me crucé por casualidad con primer episodio de la serie de animé “Evangelion” y eso desencadenó todo”, asegura. Después las lecturas de los clásicos como Ray Bradbury, Isaac Asimov y Arthur C. Clarke. No tenía predilección consciente por la ciencia ficción hasta que empecé un taller literario con Hernán Vanoli y de repente todo lo que escribía era dentro del género. Lo japonés me vino primero por la sonoridad del lenguaje en la música, después por el estudio del idioma y al final tuve que visitar ese archipiélago seducido por el cine, la literatura y la forma tan particular de Japón de ver el mundo, tan distinta y tan complementaria con la nuestra, como el ying y el yang”.

 

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