Crisis de estado de ánimo. Cómo recuperar la alegría.

Por  la Lic. Rocío Biroli

Es real que hay gente que está desbordada, desanimada, desilusionada. Tenemos todo un contexto que nos da motivos, o excusas para sentirnos así.

Pero en esta nota quiero compartir la importancia que tienen las actitudes en el cambio personal.

No podemos dejar de lado que las personas (todas) transmitimos sensaciones y captamos las sensaciones que transmiten los demás. Hay algunas personas que transmiten una energía que nos impulsa a sacar lo mejor de nosotros y otras que van por la vida como fundidas, y ni les cuento lo que transmiten.

Es verdad que las fuentes de alegría no abundan. Leemos los diarios y hay crisis, escuchamos la radio o hablamos con nuestros conocidos y todo el panorama es negro, desalentador. Y esto nos lleva a vivir en una crisis espectacular de estado de ánimo.

¿y por qué es importante mantener el ánimo?

Hay una fórmula que quiero compartirles, que responde a la pregunta: ¿cuánto valés como persona? (C+H)xA. (conocimiento, más habilidad por actitud)

Y es que es necesario tener conocimientos, competencias, también es muy importante tener la habilidad para llevar a cabo lo que nos corresponda, porque no hay nada peor que un inútil motivado.

Pero lo interesante de esta fórmula es la actitud. Porque el conocimiento suma, la habilidad suma, pero la actitud multiplica. La gran diferencia en las personas no está en la C ni en la H, está en la A. No te vas a convertir en alguien grandísimo ni por tus conocimientos, ni por tu habilidad, te vas a convertir en alguien grandísimo por tu manera de ser.

Te aprecian por tu manera de ser, y todas las personas fantásticas tienen una manera de ser fantástica. Está clarísimo que nadie elige a sus amigos por currículum.

Cuando uno está desanimado perdemos la manera de ser, ni los conocimientos ni nuestra habilidad, perdemos eso que nos hace diferentes y fantásticos.

En estos momentos es importante revindicar la pausa, es necesario parar, porque uno para y repara.

También es verdad que la vida, muchas veces, pinta más a drama que a comedia. A veces nosotros o las personas que queremos tienen accidentes, o pierden el trabajo o se enferman. Y estos son los golpes que nos da la vida, donde nos hace parar y pensar que hay cosas más importantes y otras menos importantes.

Darnos cuenta que en la vida lo más importante es que lo más importante tiene que ser lo más importante.

¿y qué podemos hacer para ir por la vida con más alegría?

Aprender a ser agradecidos: como dice el refrán “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”.

Pararnos a valorar las cosas: los dramas no tienen solución. Lo que no tiene perdón es que los que no tenemos dramas nos quejemos.

Los que no tenemos dramas estamos para ayudar a los que tienen dramas, y ser agradecidos y valorar las cosas que funcionan.

Muchas veces en la burbuja en la que vivimos convertimos problemas en dramas mundiales.

Cuando uno no tiene dramas tiene circunstancias a resolver y no tiene derecho a perder la alegría.

¿y cómo podemos hacer para cambiar nuestra visión?

Podés hacer una lista con 30 cosas fantásticas que tenés en tu vida. La vida es simple, no es fácil, pero es simple.

La otra forma es tener ilusiones.

Cuando uno no tiene ilusiones está muerto, y si no las tenemos nos las tenemos que poner.

Cuando estamos por ser padres, cuando nos preparamos para una cita, o ver la cara de alguien cuando damos un regalo.

Porque si pensamos un poco, lo mejor de esta vida es casi gratis. Se trata de disfrutar las cosas pequeñas, las cosas ordinarias.

Tampoco hay que ser iluso, pero no es lo mismo que estar 24 horas del día quejándonos.

Lo que tenemos que entender es que en la vida las cosas son como son, no como nos gustaría que fueran. Nosotros no tenemos las cartas, pero nos las reparten y jugamos. No podemos hacer nada para cambiar las circunstancias, quién va a elegir esta crisis o alguna enfermedad?

Lo que siempre, siempre podemos es elegir nuestra actitud ante las circunstancias, es la última libertad que tenemos los seres humanos.

Es verdad que las circunstancias influyen y el entorno influye muchísimo, pero siempre hay ese pequeño espacio donde nosotros decidimos nuestra actitud y cómo afrontarlo.

El único objetivo que tiene la vida es sumar instantes fantásticos, es luchar cada día para ser la mejor persona que puedas ser en el ámbito que estés.

Cuando perdemos el ánimo perdemos lo mejor que tenemos. Seguimos haciendo lo que tenemos que hacer pero un poco más mediocre, le ponemos un poco menos de interés, de ilusión.

Por eso tenemos que intentar vivir alegres. Esto se practica, se entrena.

Hay que luchar para ser buenas personas y vivir con alegría.

No se trata de hacer cosas extraordinarias, se trata de hacer de manera extraordinario las pequeñas cosas ordinarias

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