Se debe revisar el ineficiente sistema de la VTV

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Centenares o tal vez miles de automovilistas platenses tendrán que esperar hasta el 2020 para, recién allí, ver si consiguen turno para realizar la verificación técnica de sus vehículos y poder, por ejemplo, salir de vacaciones sin que se les labren las infracciones de tránsito por carecer de esa constancia. Es que la planta local de VTV se encuentra virtualmente colapsada desde hace algunos meses y no quedan cupos disponibles hasta el año próximo para cumplir con ese trámite.

De modo que, quien necesite la VTV deberá someterse al albur de cinco o más horas de espera –bajo el sol radiante o bajo diluvios- para ver si, por fortuna o casualidad, consigue llegar a la planta, hoy acosada por colas de seis o más cuadras de automovilistas que se instalan allí desde la madrugada. Y si no, como se dijo, someterse a una espera de un mes y medio para ver si tiene la suerte de conseguir ser atendido.

Tal como se dijo en la nota publicada anteayer en este diario, ahora que se acercan las fiestas de fin de año y la temporada de vacaciones, se convirtió en casi imposible cumplir con una ley sancionada por el Estado bonaerense, que viene permitiendo –desde hace ya demasiado tiempo- que se cumpla de un modo tan deficiente con esa prestación.

Cabría consignar que cuesta 1.108 pesos hacer el trámite de la Verificación Técnica Vehicular en la planta de 19 y 520, si está vencida. En caso de tener la VTV al día, el precio es de 1025 pesos, informaron fuentes oficiales. En el caso de los taxis que tienen que hacerlo cada seis meses, el valor pasa a ser la mitad.

Como se ha dicho ya en esta columna, el trámite de la VTV en nuestra ciudad se ha convertido en una verdadera pesadilla. Tampoco existe algún tipo de alternativa ofrecida por los directivos de la planta ni desde el sector oficial que, se supone, tiene a su cargo el contralor de la prestación. En el caso de imposibilidad de atención –tal como ocurre ahora- podría extenderse al damnificado una constancia provisoria, que los autorice a circular al menos hasta fin de la temporada veraniega.

Debe también señalarse que, lamentablemente, se han hecho realidad las predicciones anticipadas en oportunidad de sancionarse la ley las VTV en la Provincia. Cuando se debatió en la Legislatura bonaerense la ley de creación de estas plantas verificadoras, no fueron pocas las voces de especialistas que advirtieron sobre los problemas que podrían sobrevenir, fundamentalmente, dado el crecimiento constante y exponencial del parque automotor. Allí algunos sostuvieron que la tarea de contralor debía delegarse en los talleres particulares, quienes debían hacerse responsables del dictamen sobre la calidad mecánica de los vehículos. Sin embargo, se optó por oficializar la fiscalización a través de unas pocas concesiones oficiales en la Provincia.

Resulta, cuanto menos, paradójico que por vías legales el Estado exija desde hace mucho tiempo a los ciudadanos el cumplimiento de un trámite que, luego, sus propias dependencias o concesionarios habilitados, no pueden despachar en tiempo y forma. Y la situación se torna aún más inicua si se repara en que a quienes no cuenten con la VTV son sancionados en las rutas y pueden llegar a ser multados por montos cada vez más voluminosos.

Hace ya también mucho tiempo que desde esta columna se advierte que llegó la hora de revisar un sistema que reclama modificaciones sustanciales para ponerse a tono con las exigencias. De la manera en que está concebido actualmente, se repetirán estos congestionamientos, que no sólo podrán obedecer –como se ha expresado- a fallas en los sistemas operativos, sino a la demanda siempre creciente de un parque automotor que amenaza con hacerlo colapsar.

 

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