Todo un barrio se moviliza por un local de bailanta que abrió en San Carlos

Los vecinos dicen que desde que se instaló, el ruido y el desorden en la vía pública es moneda corriente. Piden controles y medidas

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Vecinos, empresarios y comerciantes de San Carlos señalaron su preocupación por un local de bailanta que abrió hace poco más de un mes y cuya habilitación pusieron en duda. Desde su inauguración, sostienen los frentistas, la actividad del boliche provoca ruidos molestos y desorden en la vía pública en horas de la madrugada. Además, como al parecer la instalación es “un galpón cerrado”, que -según los vecinos que se quejan- no contaría con salidas de emergencia ni ninguna otra medida de seguridad a la vista, temen que se produzca algún tipo de siniestro.

En la tarde de ayer, por caso, de acuerdo a la observación de un vecino que vive a unos pocos metros del local de la avenida 44 entre 143 y 144, se la pasó entrando y saliendo gente, la mayoría jóvenes. “Tengo miedo que estén preparando un casting, algún recital para este fin de semana, porque el sábado pasado, a la madrugada, no pudimos dormir por todo el movimiento que hubo”, contó uno de los denunciantes que participó de la recolección de firmas presentadas junto con una nota de pedido de intervención a la Comuna.

Según explicaron en la nota enviada al intendente Julio Garro y varias reparticiones municipales unos 40 vecinos (entre ellos, residentes en los alrededores del boliche, varios comerciantes, representantes de algunas concesionarias de autos) “hay un intento de instalación de un supuesto lugar de diversión, comidas, snacks, con el nombre de Sinaloa, que en realidad es un lugar bailable de cumbia, un galpón de 10 metros por 50, sin salidas de emergencia, sin red de incendio ni las más mínimas medidas de seguridad”.

Además del reclamo formal que se realizó en el Municipio, algunos vecinos de esa zona de San Carlos plantearon su inquietud a través del WhatsApp de este diario. “Están promocionando una fiesta en un boliche en 44 y 144; no está habilitado, y es un galpón en estado precario y sin adecuar la acústica”. Asimismo, un frentista muy cercano al local indicó que el lugar “tiene múltiples denuncias por el volumen de la música que se escucha a cientos de metros y genera todo tipo de desmanes al cierre”.

Los vecinos que plantearon el pedido de actuación a la Municipalidad remarcaron que la construcción donde se realizan los bailes es de madera y “muy peligrosa” para los concurrentes. A esa preocupación se le suma el hecho de que el lugar está rodeado de madereras y muy cercano al predio hay una estación de servicio. “Si pasa algo no sé cómo saldrían de ahí los chicos, porque no tiene salidas”, afirmó uno de los vecinos que pide controles por parte de la Comuna.

EL DIA intentó comunicarse con Sinaloa aunque no consiguió una respuesta en los teléfonos facilitados en sus redes sociales. Hizo lo propio con la Comuna y en ese caso tampoco obtuvo una contestación.

 

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