Realeza en apuros por los amores prohibidos del príncipe Andrés
Edición Impresa | 21 de Noviembre de 2019 | 02:53

De escándalo en escándalo, después de las peleas de Meghan, de las andanzas de Harry o de los desplantes de Carlos, ahora el foco sobre la realeza británica está puesto en el príncipe Andrés de Inglaterra, cuya amistad con el financista estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, tuvo ayer una nueva derivación que lo llevó a anunciar su retiro de la vida pública.
En un paso sin precedentes en la Familia Real británica en tiempos modernos, el hijo de la reina Isabel II y duque de York, de 59 años, se vio obligado a renunciar por un plazo indeterminado a sus funciones para evitar dañar la imagen de la monarquía y de las empresas y organizaciones con las que colabora.
¿Perderá sus privilegios?, ¿renunciará a su fortuna? ¿o simplemente dará un paso al costado hasta que pase el temporal?
Nada de esto está claro aún, pero por lo pronto el príncipe aseguró que está dispuesto a responder ante las autoridades pertinentes sobre el tráfico de menores que supuestamente organizaba Epstein, que, como se sabe, apareció ahorcado en su celda de Nueva York en agosto pasado.
Es que una mujer estadounidense llamada Virginia Giuffre sostiene que fue coaccionada por el millonario estadounidense para mantener relaciones sexuales con Andrés cuando ella tenía 17 años, una acusación que él niega.
Además, y para colmo de males para él, a pesar de que el estrecho vínculo del príncipe con Epstein es conocido desde hace tiempo, la presión mediática sobre el tercer hijo de la monarca británica comenzó a arreciar en los últimos días a raíz de una larga entrevista que mantuvo con la BBC el fin de semana pasado.
En esa entrevista, diversos comentaristas reales subrayaron que el príncipe apenas mostró compasión por las víctimas de los abusos de Epstein, y hasta llegó a sugerir que su amistad fue beneficiosa para sus contactos empresariales.
Andrés aseguró asimismo en esa entrevista que no recuerda haber conocido a Giuffre, y negó categóricamente sus acusaciones, aunque Giuffre dijera que no tuvo uno sino varios encuentros sexuales con el príncipe.
La mujer afirmó que mantuvo relaciones con el príncipe entre 2001 y 2002, en una ocasión en Londres, otra vez en Nueva York y una tercera en la casa de Epstein en las islas Vírgenes.
El príncipe admitió haberse hospedado varias veces en las residencias del empresario, pero subrayó que en ningún momento percibió un comportamiento inapropiado por parte de Epstein, condenado en 2008 a dieciocho meses de cárcel por tráfico sexual de menores.
CON TODOS EN CONTRA
Al comunicar su renuncia a las funciones públicas, el príncipe expresó que lamenta “inequívocamente” su relación con el financiero, a quien conoció a través de su amiga Ghislaine Maxwell, hija del fallecido magnate de la prensa Robert Maxwell.
Pero dijera lo que dijera, la opinión pública se le volvió en contra.
La situación de Andrés se volvió insostenible después de que el grupo de telecomunicaciones BT informara ayer que dejará de trabajar con una organización dedicada al desarrollo digital mientras el hijo de Isabel II sea su patrón.
El anuncio de BT se sumaba al de diversas empresas, organismos y universidades que en los últimos días se habían distanciado del príncipe.
Horas después del anuncio de BT, y en el mismo día en el que la reina celebraba su 72 aniversario de boda, el palacio de Buckingham emitía una nota en la que Andrés comunicaba su renuncia.
De esta manera, la decisión del duque de York a la que lo obligó la situación, deja en el aire el futuro de “Pitch@Palace”, un proyecto personal del príncipe dedicado a promover las iniciativas de empresarios emprendedores que le había llevado a viajar alrededor del mundo en los últimos años.
Mientras tanto, en Estados Unidos el FBI continúa investigando la supuesta red de explotación sexual de Epstein, a pesar de su muerte en prisión, y podría reclamar la colaboración del príncipe Andrés, que hasta ahora no había afirmado tan claramente su disposición a ser interrogado.
En el comunicado publicado ayer, el príncipe lamentó que la muerte de Epstein “dejara muchas preguntas sin responder, particularmente para sus víctimas. Compadezco profundamente a todos los que se han visto afectados y estoy dispuesto a colaborar con cualquier autoridad judicial apropiada”, remarcó el duque de York.
La mujer dijo que no tuvo uno sino varios encuentros sexuales con el príncipe
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