El riesgo de tener dos ministros de Economía
Edición Impresa | 24 de Noviembre de 2019 | 01:40

Por AMÍLCAR COLLANTE (*)
Entre la elección PASO y el 27 de octubre, era lógico que Alberto Fernández no quiera dar los nombres de su gabinete. Más que nada del equipo económico, ya que cualquier medida económica antisocial o con costo político que se tomara entre esas fechas, iba a “salpicarlos” y tendrían que pagar un costo político sin haber asumido su cargo público. La prioridad era preservarlos.
Hoy la situación es distinta con el “súper cepo”. No sólo se logró estabilizar las reservas internacionales, controlar al dólar oficial y cubrir los pagos de deuda en dólares. También comienzan a recuperarse las reservas netas (disponibles ) más de 1.300 millones de dólares.
Además el efecto colateral (negativo) del cepo aun no ha sido muy fuerte. La brecha cambiaria está estable y no se disparó.
Sin embargo, la impaciencia a pocos días del cambio de Gobierno se empieza a notar. Ya que no hay definición respecto del próximo titular del área económica. Ya sea por dudas, por el “poder de veto” de la vice presidente o por no querer asumir la responsabilidad de un cargo público .
Se escuchan muchos nombres de posibles ministros de economía. Y eso le agrega “ruido” a la transición. Si hubiese indefinición y silencio, seria más sano. Pero aquí hay muchos candidatos.
De lo que está más firme y más probable es Matías Kulfas que se haría cargo ( junto a Cecilia Todesca) del área de producción.
Y las mayores dudas están en Hacienda y Finanzas. Sonó muy fuerte el economista Guillermo Nielsen. Sin embargo, el joven economista Martín Guzmán, graduado en la UNLP, tomo relevancia y tiene chances de transformarse en el negociador de la deuda.
El punto es que Alberto Fernández sabe de la complejidad económica y social, y que no va a tener una “luna de miel” en el arranque del mandato . Más vale tener y transmitir certezas que jugar al “vamos viendo”.
Todos los analistas coinciden que la prioridad es ganar confianza con un programa macroeconómico creíble. Sin confianza , ¿Cómo se baja la inflación? , ¿ Cómo se renegocia la deuda?, ¿Cómo se llevan adelante los cambios impositivos? Imposible.
El propio Nielsen, en una conferencia en Estados Unidos, dijo que si no se genera confianza con el programa macroeconómico “Te tenés que ir“.
Un plan integral macroeconómico y un ministro de economía que una y coordine todas las partes partes es clave.
Por ello, el esquema (posible) que plantea Alberto Fernández es volver a dividir entre un ministerio de “cabotaje” que sea de ocupe del área de producción, y un ministerio de Hacienda y Finanzas que sea el “ ministerio para afuera” : para los mercados, los acreedores, bonistas, bancos y fondos de inversión y el FMI. Puede tener sus riesgos. Sin ir más lejos . La administración de Macri lo sufrió.
En el esquema nuevo el Ministerio de Producción tendría a cargo el acuerdo de precios y salarios, el impulso de crédito a las pymes , beneficios impositivos, etc. Y el ministro de Hacienda, en la primer etapa,renegociaria la deuda interna y con acreedores externos (más el FMI). Mientras qué el Banco Central dejará de tener el protagonismo que tuvo en estos últimos cuatro años. Pasa a un segundo plano. Y se reactiva el financiamiento del déficit fiscal vía emisión monetaria.
En resumen, tiene que quedar claro después del 10 de diciembre, quien está a cargo de economía. Si falla su plan el fusible será el propio ministro y no el presidente. Dividir los ministerios puede tener el riesgo de perder la integralidad (la suma de las partes) y la coordinación. Que son factores claves para llevar adelante la política económica. Es posible que si hay un ministro que solo atienda la agenda interna, se puede caer en la misma trampa que cayó Macri. Y si vamos más atrás también cayó Cristina Fernández, ya que desde que Roberto Lavagna era Ministro de Economía no hay un ministro fuerte en Argentina.
(*) Economista UNLP
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