Fesaalp: "La cantera", drama shakesperiano en el imponente paisaje de Arequipa
| 26 de Noviembre de 2019 | 02:00

Lo primero en “La cantera” fue la cantera: el realizador peruano Miguel Barreda Delgado se encontraba haciendo un documental en las canteras de Arequipa, donde se extrae el sillar, un material volcánico blanquecino que es tratado por artesanos de la zona que cortan el material con una técnica de siglos de antigüedad, y se dio cuenta que aquel era “un escenario natural fascinante, donde pueden tener lugar acciones y situaciones ficticias de una fuerte carga dramática: el componente estético de este entorno intervenido por el ser humano es un gran atractivo y fuente de inspiración”.
“Un lugar sobrecogedor: aquí tienes que situar una ficción”, pensó el director, y en semejante escenario apostó por las pasiones de un clásico: “La cantera”, que se verá hoy en el Festival de Cine Latinoamericano (desde las 20 en el Teatro de la UNLP, 10 entre 54 y 55, gratis), está inspirada en “Hamlet”, de William Shakespeare, narrando la historia de un adolescente aprendiz de cortador de sillar buscará vengar la muerte de su padre, enfocando su furia hacia su madre y su tío paterno, quienes mantienen una intensa relación amorosa.
Una película diferente en un cineasta acostumbrado a hacer cine de esa manera: “Busco evitar que una película se parezca a la anterior, me gusta mucho explorar las formas, las estéticas, la fotografía”, explica el realizador una road movie (“Y si te vi, no me acuerdo”), una reconstrucción de época (“Ana de los Angeles”) y una película coral (“Encadenados”) en diálogo con EL DIA. Ahora, se vuelca a un drama silencioso: “Las escasas palabras corresponden al carácter introvertido del protagonista”, explica, “y el laconismo permite concentrarse en los hechos, en los detalles, en los pequeños gestos y en el paisaje para ir buscando la mejor manera de interpretar la película. Durante el montaje probamos con acompañar algunas secuencias con música, pero nos dimos cuenta que sería muy disforzado y que eso impondría a los espectadores una manera de sentir la película”. En ese silencio, lo que se acentúa son los detalles del paisaje sonoro.
Las canteras estuvieron en la génesis del proyecto. Luego apareció entretejido el drama isabelino; “Siempre quise de alguna forma trabajar con ese texto, y analizando la situación contemporánea de Perú, la impunidad y la injusticia, donde una casta de corruptos hace lo que quiere del país, algo que no es una patente peruana, encontré muchos paralelismos con la obra”, analiza. Aunque no quiere hablar de adaptación, sino de inspiración.
“En este caso, el tema central es la necesidad imperiosa de justicia y la opción desesperada de optar por la justicia ejercida por mano propia. Considero que las películas son en cierto modo un reflejo del entorno social en el que se generan, por lo tanto se manifiestan en ellas las preocupaciones que me produce este entorno social: preocupación por la impunidad y por la corrupción como forma de vida aceptada”, agrega Delgado Barreda: su protagonista, como el príncipe de Shakespeare, se encuentra afligido por la injusticia y la impotencia, y ve en la justicia por mano propia la única salida, un reflejo de la falta de confianza en las instituciones y la violencia imperante.
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