Garro, entre los interrogantes de su segunda gestión

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Por LAURA ROMOLI

lromoli@eldia.com

Tras haber logrado su reelección, el intendente, Julio Garro, se enfrenta ahora al desafío de obtener un esquema de gobernabilidad en un contexto novedoso: con las administraciones provincial y nacional en manos del peronismo.

Ahora el jefe comunal se apresta a iniciar un mandato en el que, a priori, no cuenta con la expectativa de recibir partidas extras, no sólo por lo adverso del color político que representan Alberto Fernández y Axel Kicillof, sino también porque la profundización de la crisis económica y el ajuste que se anticipa va en directo contraste con aquellos buenos tiempos de los dos primeros años de gobierno municipal, cuando se enfatizó en las obras hidráulicas de la Ciudad.

Tendrá entonces que reconvertir sus objetivos políticos y enfatizar una mejora contundente de la gestión que se materialice en la vida cotidiana de los platenses. Buscará, además, atraer inversiones que se traduzcan en emprendimientos productivos. Y para abordar este objetivo cuenta con dos caminos: una serie de ajustes y reacomodamientos en su gabinete para la optimización de las áreas más sensibles y la contención de espacios políticos que se incorporan a la alianza gobernante, además de la búsqueda de estrategias para un diálogo fluido con el próximo gobernador.

En este último punto, será clave el Senado provincial, donde Juntos por el Cambio contará con una mayoría legislativa que planea hacer valer en beneficio de los distritos donde continuará gobernando y que tendrá dos bancas de senadores platenses: Juan Pablo Allan y Florencia Barcia.

Respecto del gabinete municipal, se sabe que Garro se encuentra disconforme con el funcionamiento de las secretarías de Desarrollo Social y Salud, conducidas por los radicales Raúl Cadáa y Germán Niedfeld y que ya le comunicó a ese sector fundacional de Cambiemos que las áreas serán reasignadas, lo que viene provocando un duro tironeo con los miembros del partido centenario.

Parece un hecho, en tanto, que el hasta ahora funcionario de la Dirección Provincial de Escuelas Ignacio Sanguinetti se incorpore en la gestión municipal. Al menos, el rumor se volvió mucho más sólido con la presencia del hombre de Gabriel Sánchez Zinny en un acto político llevado a cabo el miércoles en zona norte, donde se lo vio junto al resto de los integrantes del gabinete garrista y donde también asistió el actual titular de Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, de quien especulaban en los últimos días sobre su continuidad.

Más dudosas están las versiones que indicaban el desdoblamiento de la mega secretaría de Planeamiento y Obras y Servicios Públicos, que hoy conduce Luis Barbier y donde sonaba la subsecretaria María Botta como una de las futuras funcionarias en ascenso en un área donde Garro pondría un especial énfasis, en atención con uno de los grandes pendientes de los primeros cuatro años: la reforma del Código de Ordenamiento Urbano para habilitar que la Ciudad pueda crecer en altura en varios puntos donde hoy el COU le veda ese desarrollo.

El desarrollo territorial será otro lugar clave en el futuro gabinete del Intendente, y que quedará vacío cuando su actual titular, Nelson Marino, asuma la presidencia del Concejo Deliberante. Allí se perfila la llegada de Marcelo Leguizamón, hoy a cargo de Espacios Públicos y donde también iría el saliente concejal peronista Fabián Lugli.

 

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