Voluntarios potencian una Ong para rescatar y asistir a los pájaros atacados en la Región

Brindan asesoramiento y cursos a quienes se muestren interesados en salvar aves. “No es sencilo crear conciencia”, aseguran

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“Pájaros Caídos” es una asociación civil que ayuda a rescatar aves, como puede ser una paloma herida o un pichón que cayó del nido y no se alimenta por sus propios medios. Los voluntarios aseguran que además de brindar asesoramiento, realizan un seguimiento de la evolución de los pájaros hasta que son reinsertados en ambientes naturales.

Según datos de investigadores internacionales, en los últimos 50 años desapareció el 60 por ciento de aves silvestres en el mundo. Daniela Moroni, es una ensenadense de 27 años que está dispuesta a hacer su parte para contrarrestar esa cifra; la joven realizó su primer rescate a los 11 años cuando descubrió a un colibrí atrapado en una trampera.

“Tenía las patitas y las plumas adheridas a un pegamento y como no lo pudieron sacar, lo tiraron; yo lo limpié con mucha paciencia y a la mañana siguiente él se posó en mi mano y luego lo liberé; esa fue mi primera experiencia”, cuenta la rescatista de aves que también liberó sapos y tortugas en ambientes naturales.

Daniela cuenta con satisfacción que logró salvar aves rapaces, insectívoras y cientos de palomas como la que terminó adoptando como mascota después de que cayera mal herida y ya no volviera a volar.

Clara Correa, fundadora y actual presidenta de “Pájaros Caídos”, comenzó su camino de ayuda a las aves a partir de la necesidad de resolver situaciones de asistencia a palomas y otras aves urbanas de la ciudad de Buenos Aires. La incansable labor de rescate, orientada y acompañada por veterinarios especialistas de reconocida trayectoria, le permitió adquirir una vasta experiencia en primeros auxilios y alimentación de pichones y aves en situación de riesgo.

En el año 2006, abrió el blog “Pájaros caídos” para compartir su experiencia y su saber con personas que atravesaban una situación semejante a la que ella experimentó cuando levantó de la calle su primer pichón de torcaza.

La página de Facebook, abierta en el año 2011, tuvo gran repercusión entre aquellos que deseaban ayudar a un ave en riesgo, sin saber cómo hacerlo. De aquellos primeros intercambios, surgió el lema “ayudar a ayudar”, que hoy motiva la actividad de los voluntarios “ on - line”: se trata de atender las consultas, alentando y guiando paso a paso al rescatista para salvar la vida de cada ave.

Una de las tareas que hace el grupo de Pájaros Caídos es ofrecer cursos y asesoramiento a todo aquel que se muestre interesado en salvar un ave en riesgo, sin embargo reconocen que no es sencillo que la gente tome conciencia del daño que se hace con una gomera o con la pirotecnia, tan usual en esta época del año.

Daniela por ejemplo cuidaba un pichón de golondrina hasta que la pirotecnia del año pasado le causó un estrés tan importante que se murió.

En el refugio de aves se remarca que las aves son de gran importancia para la naturaleza porque algunas esparcen semillas, otras polinizan plantas y otras funcionan como control biológico de insectos.

Sanar un ave en particular es también a aportar un bien a la naturaleza, al reintroducirlas en su hábitat correspondiente.

“Salvar un ave, mas allá de la especie, es salvarlas a todas y desde la entidad se trabaja incluso con abogados para erradicar hábitos como el uso de la gomera, que no es otra cosa que un arma”, dice Daniela.

 

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