Crimen de La Chicho: los peritos psiquiatras dejan al acusado al filo de la inimputabilidad

Consideran que Tomás Cerletti “tuvo dificultades para comprender y dirigir sus acciones” y es de “alta peligrosidad para terceros”

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Los peritos psiquiatras que entrevistaron al acusado de asesinar de múltiples puñaladas a un hombre en 2 y 41, el 26 de octubre, escribieron un informe contundente. Concluyeron que “tuvo dificultades para comprender y dirigir sus acciones”, desencadenando “un acto que se inscribe susceptible de ser presentado, lo que lo condiciona como un sujeto de alta peligrosidad o riesgo preferentemente para terceros”.

Entendieron que Tomás Cerletti (22), actualmente con prisión preventiva por el homicidio agravado por alevosía y ensañamiento de Walter Chirino (49), necesita “un abordaje terapéutico que es de escaso valor de contención”, ya que “estos patrones de conducta no son posibles de revertir bajo los tratamientos médicos psiquiátricos actuales”, siendo “necesaria la contención y supervisión de terceros”.

El informe ya llegó al despacho del fiscal que instruye la causa, Marcelo Romero, que ahora deberá estudiarlo para definir si el acusado pudo comprender y dirigir sus acciones y, en tal caso, pedir su sobreseimiento para que el juez disponga su inimputablidad. “No es automático”, aclararon fuentes judiciales, sin descartar eventuales entrevistas con los profesionales de la Asesoría Pericial para que amplíen sus argumentos, en caso de que se les requiera.

De las tres entrevistas que precedieron al informe participó también un perito de parte que presentará su propia evaluación, se informó.

El ataque se habría originado en un supuesto piropo que le lanzó Chirino, conocido como La Chicho, a Cerletti y fue filmado por una cámara de seguridad de la cuadra que registró al agresor descargando una lluvia de patadas, golpes y puñaladas sobre la humanidad de la víctima. Al sospechoso lo detuvieron a las pocas horas, por el goteo de sangre que dejó hasta su casa. Tenía heridas cortantes en los brazos y en una mano.

El informe pericial al que accedió este diario da cuenta de que el imputado reconoció que tomaba medicación psiquiátrica, así como haber estado internado en un psiquiátrico y el consumo de cannabis, “sin evidencia de intoxicación o abstinencia”.

También detallaron que en el primer examen psiquiátrico refirió que el homicidio no fue un acto premeditado sino impulsivo, originado en el “miedo” de Cerletti hacia “la sociedad.”

Adjuntaron a la presentación algunos antecedentes psiquiátricos del imputado, como un informe de la escuela a la que iba (la ESB 1), de cuando tenía 14 años y estaba en Segundo, bajo “tratamiento por presentar trastornos conductuales recurrentes y alteraciones del aprendizaje asociados a un nivel atencional lábil, con dificultad de la comprensión de textos cuando no son breves o de su interés”.

En 2014 sus padres lo llevaron a una psiquiatra infanto juvenil por un conflicto que había sucedido en la localidad de Brandsen. Y estuvo bajo tratamiento psicológico desde los 14 hasta los 18 años, “por presentar dificultad en la relación con sus pares y aislamiento social”, figura en el expediente.

Otro profesional que asistió a Cerletti desde 2016 informó que padece “hiperatividad y pobre funcionamiento social”, además de referir un “episodio psicótico en la adolescencia por consumo de marihuana”. Indicaron los profesionales que el joven comenzó a “consumir sustancias tóxicas alrededor de los 19 años, principalmente marihuana pero asociando pegamentos y cocaína en forma episódica”.

“Esta asociación de consumo, conflictividad social, trastornos adaptativos, intolerancia y heteroagresividad determinó nuevas consultas e intensificaciones que derivaron en la internación (en una institución psiquiátrica privada de La Plata), desde agosto a diciembre de 2018”.

Según el informe, el imputado tiene antecedentes conductuales, como la agresión a una persona, aproximadamente a los 17 años, “que según dijo era homosexual y lo hostigaba diariamente”, por lo que una vez quiso “asustarlo” amenazándolo con un arma blanca.

Mencionó que reaccionó de ese modo “porque en ese momento se relacionaba y compartía ideología de grupos skinhead, con una tendencia homofóbica”, detallaron.

En relación con el presunto resentimiento crónico de orden social, “menciona (el acusado) haber sido objeto de múltiples robos en la calle”, lo que impulsaría su tendencia a “racionalizar la exteriorizacón de sus sentimientos” con la expresión “la sociedad me gestó odio”. A criterio de los expertos que lo entrevistaron, Cerletti admite sus adicciones, síntomas y tratamientos, aunque muestra “una falta de reconocimiento de la complejidad de su trastorno”.

Lo describieron como “orientado en tiempo y espacio” antes de concluir que “presenta un cuadro psicopatológico caracterizado por un trastorno de personalidad esquizotípica comórbico con un consumo de múltiples sustancias psicoactivas con patrón de abuso, sin llegar a evidenciarse un desarrollo del orden psicótico de tipo esquizofrénico ni indicadores de retraso madurativo”.

Dicho de otro modo, ampliaron, “se caracteriza por presentar conductas excéntricas y aislamiento social de humor retraído”, con “descargas impulsivas inadecuadas”.

“A estos sujetos -explicaron- los demás los califican de raros, diferentes o extraños”, son “restringidos en el plano emocional” y consideran al mundo exterior con “un diseño excéntrico, por lo que lo normal les resulta extravagante y viceversa”. Eventualmente, podría ser derivado a una institución psiquiátrica del Servicio Penitenciario.

 

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