Formar sin deformar: el objetivo del básquet, aún en la competencia
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2019 | 02:15

Por DIEGO EBRA (*)
Al convocarme para hablar de este tema, pienso en ciertas cuestiones que son fundamentales para todo educador/formador/entrenador (el orden no es al azar): nosotros educamos con la palabra y con los hechos, somos formadores y debemos inculcar buenos hábitos como personas y deportistas y, al hablar del deporte que enseñamos, debemos hacerle entender a los jugadores que el objetivo principal es tratar de que sean “la mejor versión de sí mismos” (como le he escuchado decir al entrenador de nuestra selección nacional). La idea es que siempre terminen el año de competencia siendo mejores que cuando lo empezaron.
El hecho de que, por el formato que tenemos a la hora de competir (con tabla de posiciones, puntos, campeones y demás cuestiones asociadas), sea desde los 11/12 años, nos sigue dando un margen importante para “formar sin deformar”, cosa que debería pasar inclusive compitiendo. La deserción temprana, producto de una competencia también temprana, es algo que no nos afecta siempre y cuando eduquemos a los dirigentes, a los padres y también a los chicos. Competir no es malo, es parte del proceso de enseñanza. Sin embargo, hablar de la enseñanza, nos debe hacer plantearnos ciertos interrogantes: ¿A quién le enseñamos? ¿Dónde enseñamos? ¿Cómo debemos enseñar?
Saber cuál es el contexto en el cual se va a enseñar es clave. Hay que saber determinar cuáles son las necesidades de nuestros jugadores en función del lugar donde estemos enseñando.
Los clubes nos dan lo mejor que pueden desde su infraestructura, y a veces, en teoría, no nos alcanza. Nuestra creatividad debe combatir ese precepto. El hecho de “aggiornarnos” a los tiempos actuales, donde la tecnología es algo que avanza constantemente, nos ayudará muchísimo si sabemos darle el uso adecuado.
Para finalizar, sostengo que debemos dignificar nuestra profesión con el conocimiento, y no hablo de saber miles de ejercicios o “drilles” para hacer: sino por saber cómo enseñarles a los jugadores lo que necesitan, y eso se puede hacer si uno conoce al deporte, a las diversas formas de aplicar los métodos de enseñanza (porque no hay una sola forma de enseñar) y a los jugadores, desde lo humano y deportivo, buscando siempre predicar con el ejemplo, cuestión fundamental.
(*) Entrenador de Básquet y Profesor de Ed. Física
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