Un foco infeccioso en la Ciudad, en la costa y en el río

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El lector de este diario y usuario del servicio público, Esteban Semeñiuk, opinó días atrás que “la Ciudad está inmersa en una gran cloaca. No se puede creer la desidia que hay y lo que se paga por este servicio nefasto”. Advirtió sobre “el peligro de que se desencadene una epidemia por todos los residuos volcados en las calles. Me atrevo a decir que las cañerías están todas colapsadas. La Plata cumplió 137 años como una gran cloaca, y toda la dirigencia, sorda, muda y ciega. Todo es producto de los desastrosos administradores que tiene Absa”, afirmó.

En este punto, vale recordar que los vertidos de la Región hace más de 40 años que se vuelcan en la costa del Río de la Plata (el caño está roto a esa altura) y sin previo tratamiento (no hay planta de tratamiento, sino de pretratamiento). En tal contexto, vale apelar al fallo contra Absa del Juez de Faltas de Berisso, Germán Sheridan, donde cita al doctor Joaquín Navarro a la hora de identificar algunos riesgos de las aguas cloacales sin tratamiento: “Son portadoras de bacterias (E. coli y muchas más) que generan trastornos como fiebre, debilidad, náuseas, vómitos y calambres, hasta enfermedades entéricas y pulmonares graves”.

 

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