Un acuerdo que hasta puede ser saludable para la pareja

Edición Impresa

Susana Machado García

 

Psicóloga y Sexóloga

Por lo general, no es un motivo de queja ni de reclamo, y por lo tanto no es algo que se traiga al consultorio, pero sí es algo que sucede, que implica un diálogo y un acuerdo, y eso de por sí es saludable en toda pareja. Se da mayormente en casos de segunda pareja, en individuos que se han acostumbrado de alguna manera a la soledad y a ´vivir con ellos mismos´. No es ni bueno ni malo, aunque estando claras las razones, conociendo el por qué y reconociendo la importancia de encontrarse en otro lado, hasta puede ser saludable. En una oportunidad un matrimonio planteó el tema de los ronquidos de ella, quien tras varios tratamientos no pudo superar el problema, y la solución fue, justamente, dormir en cuartos separados. Y el matrimonio continuó funcionando perfectamente. También es un tema cultural que viene de lejos, eso de que el matrimonio debe dormir en un mismo cuarto y en una misma cama, a la que se llama ´cama matrimonial´. Pero a veces hasta puede ser conveniente que cada individuo tenga su propio cuarto y que el encuentro de la pareja se produzca en cualquiera de los dos.

Distinto es el caso de las separaciones de hecho, de la convivencia forzada que se puede dar por cubrir apariencias, porque no hay otro lugar donde ir o por cuestiones económicas. Eso sí es más nocivo. Pero si el encuentro en la pareja se produce, si hay armonía y si la decisión de dormir en camas separadas es producto del diálogo, hasta puede ser más fresco para la pareja.

 

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