Siete disparos, dos heridos y ningún detenido: secuelas de la batalla de hinchas
Edición Impresa | 12 de Febrero de 2019 | 03:10

En El Retiro, el barrio donde el sábado a la noche se enfrentaron unos 50 hinchas de Gimnasia y Estudiantes, los vecinos no salen de su asombro por lo ocurrido.
“La verdad es que hace mucho que no pasaba algo así. Antes, y no siempre, se cruzaban y se daban unos tortazos, pero lo del otro día fue terrible”, le contó Hernán a EL DIA, quien vive en la zona de 160 y 42, a pocas cuadras de donde sucedió el hecho.
Tanto él como los empleados de una estación de GNC ubicada en la esquina de 159 y 44 -el lugar donde se produjo la batahola, el sábado por la noche-, le confirmaron a este diario que el motivo está relacionado con las pintadas diseminadas en las paredes y postes, alusivas a los dos clubes platenses.
“Antes se veía más seguido, ahora no se pelean mucho. El problema fue que hubo tiros”, explicó uno de los trabajadores de la expendedora de gas.
Según su testimonio, una facción de los simpatizantes del “Lobo” decidió “esperar” a sus rivales del “Pincha”, que el sábado por la tarde enfrentó a Patronato, por la tarde, en el Estadio Ciudad de La Plata, de 25 y 32.
El motivo: los graffitis “7” (en referencia al resultado de un clásico) y “Los Leales” (el nombre de la barra de Estudiantes), escritos sobre pintadas previas con los colores azul y blanco, distintivos de Gimnasia.
En principio, se trataba de “una charla” para “aclarar los tantos”, es decir, definir los lugares para colorear el espacio público.
Sin embargo, esa primera intención pacífica no resultó positiva. “Eran como 20 del Lobo y cuando los otros los vieron fueron a buscar refuerzos al barrio”, contó el playero.
Cuando ya eran cerca de 50 personas, comenzaron a arrojarse piedras. Hasta que, presuntamente un simpatizante albiazul, “uno sacó un revólver y tiró siete veces. De milagro no le pegó a nadie”, agregó el joven.
De acuerdo a su testimonio, el sujeto “disparó hasta que se quedó sin balas y no al aire. A la gente”. Entonces, “ahí aprovecharon para acercarse y le pegaron bastante”, añadió.
Una frentista que prefirió el anonimato aseguró que la gresca se extendió “un rato largo” hasta que llegaron los patrulleros.
La mujer señaló que a uno de los implicados “le dieron la cabeza contra el piso y lo dejaron convulsionando. Después se lo llevó la ambulancia”. Ese fue el herido que, tal como se informó en la edición de ayer, fue trasladado al hospital Alejandro Korn de Melchor Romero, y se encuentra fuera de peligro.
En medio de esa batalla, 12 móviles policiales acudieron tras un llamado al 911. Uno de los efectivos afectados al procedimiento culminó con el índice de la mano derecha luxado, al intentar separar a los contendientes.
“De milagro no hubo un muerto. Y pasó por una pavada, son cosas que no tendrían que ocurrir”, indicó la testigo.
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