Un desafío que también vale para los vecinos

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El largo y anunciado camino de la reconversión del sistema de recolección de residuos en la ciudad de La Plata, al parecer, está llegando a su fin.

Si se cumplen todos los pronósticos (lo que a la luz de la reiteradas postergaciones, resultaría casi un milagro), a partir de los primeros días de abril, los platenses deberán comenzar a aprender a vivir con los contenedores. El “período de adaptación”, se supone, no será fácil, ni corto.

De la Comuna, además del rol de contralor que debe asumir, se espera que a la brevedad inicie una campaña de concientización sobre los cambios que afectarán a los vecinos.

Los contenedores son voluminosos y ocupan un lugar importante. Recolectarán la basura de toda una cuadra, quitarán espacio para el estacionamiento y, además, una casa o un edificio, tendrá que convivir con el depósito de basura frente a su puerta. Decidir dónde se colocarán es, desde ya, todo un desafío que no estará exento de polémicas.

Dicen que los 400 contenedores que se colocarán en el microcentro serán atendidos por sólo seis camiones con “plumas” capaces de levantarlos y vaciarlos. Aunque suena a poco, aseguran que esa media docena alcanza para cubrir los recorridos.

Otros cinco camiones se encargarán de la limpieza y desinfección de los contenedores.

Se supone que en las cuentas tanto del municipio, como de la empresa concesionaria, se debe haber tenido en cuenta que el microcentro de la Ciudad y por donde se comenzará a instrumentar el sistema, concentra la mayor cantidad de grandes generadores de basura de la Ciudad: oficinas públicas, bares, restaurantes y hoteles.

El contrato de concesión, se sabe, es millonario. Lo menos que se espera es que la Ciudad desde abril, al menos esté más limpia.

 

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