En el “Último Primer Día”, la Ciudad amaneció con color, mucho ruido y calles cortadas

Con banderas, pirotecnia, bombas de humo y bombos, alumnos de 6º año reeditaron un fenómeno que gana terreno a nivel nacional

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Ataviados con sus buzos para la ocasión, remeras con lentejuelas ellas o el torso desnudo ellos. Banderas en una mano y en la otra bengalas de humo. Cánticos, bailes y ruido de tambores como banda sonora de lo que ellos denominan Último Primer Día (UPD). Ayer se normalizó el ciclo lectivo (ver página 11) y con él volvió a reeditarse en la Ciudad el fenómeno que desde hace más de un lustro ya es tendencia entre los alumnos de 6º año del secundario: el clásico desfile de los estudiantes que van camino a la escuela, en muchos casos luego de una larga “previa” de alcohol que ha comenzado la noche anterior -en alguna casa, salón o boliche- y finaliza cuando el sol recuerda que hay que entrar a clase.

Como parte de ese paisaje matinal, en las inmediaciones de varios colegios la colorida y ruidosa algarabía de adolescentes que promediaban los 17 se mezcló con cierto malestar de vecinos y automovilistas. Por ejemplo, en las inmediaciones de la Escuela Secundaria Italiana, de 44, entre 17 y 18, donde los conductores que transitaban por la avenida debieron detenerse por un momento ante el espectáculo estudiantil que convirtió una de sus manos en pasarela, sin que ningún inspector interviniera para ordenar el tránsito.

Un desfile similar pudo verse en los alrededores del Colegio Santa Teresa de Jesús, en 60 y 27, donde los chicos se adueñaron de esa esquina y, ante la ausencia de agentes, fueron ellos mismos los que debieron cerrar el tránsito por 27 con una cinta y una bandera alusiva a la Promoción 2019 cruzando de vereda a vereda.

Las escenas se repitieron en otros escenarios, como Plaza Rocha, las inmediaciones de 42, entre 12 y 13, y Plaza Moreno, punto neurálgico de los festejos. Aquí sí, la celebración protagonizada por los chicos fue custodiada por agentes municipales, como parte de un dispositivo articulado por personal de Convivencia y Control Ciudadano, Seguridad, Policía Local, y Espacios Públicos. Según informó la Comuna, más de 250 agentes de Guardia Urbana de Prevención se sumaron ayer a los “corredores seguros” que se despliegan en inmediaciones de instituciones educativas, como continuidad de un operativo iniciado en la madrugada del lunes que terminó con las clausuras de un bar céntrico y tres salones de eventos en los que se desarrollaban fiestas “clandestinas” con venta de alcohol a menores. Asimismo, según los cálculos municipales, se atendieron 30 denuncias al 147 por ruidos molestos.

Para dar batalla a los excesos, tal como informó este diario, en las escuelas promueven “festejos sanos”. Esto es: que la comunidad de educativa se una para recibir en el colegio a quienes transitan el último tramo de la escolaridad. Por ejemplo ayer, en el Colegio Crisol, de 501 entre 38 y 39, las alumnas de 6º fueron bienvenidas con un desayuno en un aula especialmente decorada para ellas. Y lo mismo ocurrió con los alumnos del Bosque del Plata, de 19 y 511.

Concluida la primera jornada de UPD, la directora de Educación Secundaria bonaerense, Carla Cecchi, evaluó que “los casi 80.000 estudiantes de 6º año de la provincia festejaron en paz”.

Como en las secundarias el inicio de clases se da en forma escalonada, los festejos continuarán durante los próximos días. De cara a ello, la Comuna advirtió que los establecimientos educativos deberán hacerse responsables por los eventuales desmanes que protagonicen sus alumnos.

 

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