“ATAV”: un drama del pasado, que resuena en el presente

Con la trata de mujeres como una de sus líneas argumentales más fuertes, se estrenó anoche la superproducción de época “Argentina, tierra de amor y venganza”, la gran apuesta de El Trece para tratar de volver a liderar la audiencia

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Con la visibilización de la trata de personas como una problemática de larga data, y que todavía hoy parece no encontrar solución, anoche comenzó por El Trece “Argentina, tierra de amor y venganza”, la esperada superproducción de Pol-Ka con la que la señal del solcito pretende volver a acariciar el rating, aquel índice que hace años le da la espalda.

Sin escatimar recursos, y con un elenco que además de reunir a las estrellas locales más convocantes (Benjamín Vicuña, China Suárez, Gonzalo Heredia y un largo etcétera) también incluye algunas caras internacionales (como Albert Baró, quien fuera uno de los chicos listos de “Merlí”), la flamante novela salió al aire ocho minutos más tarde de lo prometido (22) y mostró, en su primer capítulo, los ejes narrativos por los que transitará.

En esta emisión debut, que desembarcó en la caliente pantalla que le dejó “Otra noche familiar” con un colchón mayor a los dos dígitos, “ATAV”, como se abrevió el título que se convirtió en trending topic en las redes sociales, comenzó del otro lado del (gran) charco, mostrando una escena bélica en la España de la Guerra Civil, en donde dos amigos, Torcuato (Vicuña) y Bruno (Baró) sueñan con la vida lejos de la guerra. Entre escenas aéreas, con aviones bombardeando y explosiones de carácter cinematográfico, una promesa de amistad queda enterrada, desatando la traición de Torcuato, quien, a sangre fría, le gatilla a su amigo, pensándolo muerto, dando inicio así a una nueva vida, como nuevo rico, gracias a los recursos de Bruno, de cuya vida (y fortuna) se apropia.

Pero Bruno, claro, no está muerto, y apenas puede salir del hospital (y tras pasar un año en cautiverio) va al encuentro de su familia, y se encuentra con que Torcuato no sólo se ha llevado su fortuna sino que, además, se ha llevado a su hermana, Julia, y ha escapado rumbo a Argentina, a donde el drama se muda al instante.

Buscando venganza, claro, Bruno conoce a Aldo Moretti (Gonzalo Heredia), quien, en el puerto español, “vende” a viva voz la oportunidad de cambiar de vida en Argentina, comercializando pasajes en barco a vapor, en el que el traicionado soldado llegará como polizonte al país, a finales de la década del ‘30. Bruno y Aldo pronto se harán amigos y, juntos, tramarán la venganza contra Torcuato.

En ese puerto, Raquel (China Suárez) -una inmigrante polaca que fue casada con un hombre rico que la sacaría a ella y a su familia de la pobreza, y llevada engañada a Argentina-, se cruzó en miradas con Moretti -típico porteño que la intenta conquistar desde el vamos-, con quien mantendrá una historia de amor. Pero las promesas hechas a la pobre Raquel, un personaje inspirado en la historia real de Raquel Zimmerman, no sólo no serán cumplidas sino que serán la antípoda: en este país le esperaba un futuro negro, habiendo sido raptada para trabajar como prostituta para una red de trata de inmigrantes que operaba bajo el mando de Samuel Trauman (Fernán Mirás).

Mientras tanto, en Argentina de fines de los años 30, la creme de la creme de la ciudad porteña se enfiestaba en salones de lujo, en donde Torcuato buscaba eso que no tenía: prestigio. Así comenzó un nuevo y escabroso plan: casarse con una joven de alta alcurnia, Lucía (Delfina Chaves), hija de una madre sin escrúpulos, Libertad (Virginia Innocenti), que hará cualquier cosa por lograr esa unión por conveniencia económica. Aunque Lucía pondrá los ojos en Bruno...

Antes, Torcuato había hecho otra maldad: se había casado con la hermana de Bruno, sin embargo, decidió “venderla” a la misma red de trata a la que iba a parar Raquel.

Como quedó de manifiesto en esta primera emisión, la trata de mujeres inmigrantes, y su cruel destino en el país, será central en esta historia. Tanto Bruno como Aldo, se ve venir, hará lo imposible por rescatar a sus mujeres de esa red delictiva.

Llegando al final del primer capítulo, el rating beneficiaba a la flamante telenovela, que ascendía a 13 unidades de rating. En Telefé, en tanto, el primer envío de la telenovela turca “Mi vida eres tú” rozaba los dos dígitos.

 

 

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