Ganó sin querer y siguen las dudas

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

Cuando faltan menos de tres meses para la Copa América los dos amistosos de Argentina no hicieron más que potenciar las dudas que revolotean alrededor del equipo de Scaloni. Contra Marruecos, en un partido horrible, el único momento que los nuestros coordinaron los movimientos fue a la hora del desmedido festejo por el gol de Correa a sólo ocho minutos del final.

Mucho viento, patadas a granel y ausencia absoluta de juego marcaron una prueba que no dejó casi nada para el análisis. De aquel cachetazo con Venezuela a este pálido duelo en Tanger cambiaron muchos nombres, variaron los esquemas en el campo de juego pero no los desacoples.

Casi sin disparos al arco, con más de 30 foules sólo en el primer período –56 en todo el encuentro-- y un muestrario de fricciones que sólo un árbitro permisivo como el de ayer puede permitir, Argentina y Marruecos se debatieron contra el viento y su propia inoperancia.

Mientras Scaloni anunciaba con relación al próximo desafío de junio en Brasil que si bien “La lista no está cerrada”, si se encuentra “Encaminada en un 80 por ciento”, al hacer un repaso de lo observado en los 180 minutos de juego desarrollados entre el viernes y el martes, cuesta mucho descubrir cual es la idea central de juego, como desarrollarla y con quienes.

La consolidación de una imagen renovada se sigue haciendo esperar en la Selección

 

Ni hablar de Messi y el marco que necesita para desenvolver su talento. Ese será otro de los problemas por resolver de aquí a la contienda más importante del año que le espera a la Selección en Brasil.

La crisis de identidad futbolística, que no es nueva pero está con más vida que nunca, obliga a tomar con la seriedad más absoluta el recorrido que le queda al equipo nacional de aquí al 14 de junio. Por ahora estamos frente a un rompecabezas que impide hasta determinar quienes pujan por tal o cual puesto. El desfile de jugadores no ha permitido establecer a ciencia cierta que es lo que se busca. Ya hemos dicho que probar es una cosa e improvisar otra muy diferente.

Argentina ganó casi sin quererlo. Y más allá del optimismo del DT (”Estamos por el buen camino para Brasil si salteamos el partido con Venezuela”, dijo) armar la estructura más sólida resulta imperioso. Hay datos que ayudan al desconcierto y un ejemplo es la cantidad de arqueros convocados durante la era Scaloni.

Muy lejos de la consolidación y de la instalación de una imagen renovada, la Selección sigue haciéndose esperar. Los amistosos no ayudaron para cambiar, al menos algunas, de todas las dudas que existen sobre las certezas. Para el próximo gran desafío brasileño quedan 80 días y la cuenta regresiva ya empezó.

 

 

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