Lula y una promesa a su nieto muerto: “Probaré mi inocencia”
Edición Impresa | 3 de Marzo de 2019 | 05:01

SAN PABLO
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva regresó ayer a la prisión donde cumple condena por corrupción tras asistir emocionado al funeral de su nieto Arthur, cerca de San Pablo, con un permiso que le permitió abandonar la cárcel durante varias horas bajo una fuerte custodia y según sus allegados prometió ante el menor muerto demostrar su inocencia..
El ex mandatario (2003-2010) volvió a la sede de la Policía Federal en Curitiba sobre las 15:45 locales y de la Argentina, casi nueve horas después de iniciar su viaje hacia el cementerio de Sao Bernardo do Campo donde despidió a su nieto, fallecido repentinamente a causa de una meningitis a los 7 años.
Con el gesto de tristeza, Lula llegó a la ceremonia en un convoy de autos negros, del que se bajó escoltado por agentes armados. Vestido con un traje oscuro y camisa clara, saludó muy serio a los militantes que le aclamaban en la puerta con gritos de “Lula, guerrero del pueblo brasileño”. Casi dos horas más tarde, abandonó el recinto aplaudido por sus seguidores.
Acompañando a la familia del patriarca de la izquierda estuvieron también varios representantes de movimientos sociales y del Partido de los Trabajadores, como la ex presidenta Dilma Rousseff o Fernando Haddad, candidato derrotado en las últimas elecciones.
Numerosos ramos de flores llenaban la sala donde se realizó el velatorio, cerrado a la prensa, incluida una corona enviada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó el diario Folha de Sao Paulo.
Sin poder contener las lágrimas, el ex líder sindical, de 73 años, se dirigió a sus allegados durante la ceremonia que precedió a la incineración del pequeño, poco antes de tener que marcharse.
“Las palabras de Lula al despedirse nos emocionaron a todos”, contó después Joao Pedro Stedile, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, al sitio de noticias brasileño G1.
BULLYING
“Dijo que [Arthur] venía sufriendo bullying en la escuela, que sus compañeros le decían que su abuelo era un ladrón y por eso estaba preso. Hizo una promesa diciendo que se comprometía a luchar por todos los medios para que el Poder Judicial reconociera su inocencia”, relató.
Arthur, cuyo padre es Sandro Luis Lula da Silva (uno de los cinco hijos de Lula), había visitado en dos ocasiones a su abuelo en la cárcel.
Un amplio dispositivo de seguridad cubrió el traslado del ex mandatario, de unos 425 kilómetros, en varias etapas, que arrancaron a las 7 de la mañana, cuando Lula abandonó en helicóptero el edificio de la Policía Federal en Curitiba rumbo a un aeropuerto de la ciudad sureña.
De ahí viajo hasta San Pablo en una avioneta del gobierno de Paraná antes de completar la penúltima etapa hasta Sao Bernardo, cuna de su carrera política y su lugar de residencia, de nuevo en helicóptero.
El itinerario había sido mantenido en secreto por orden de la Justicia.
El ex presidente fue autorizado a salir de prisión en aplicación de una ley que permite a los presos visitar a parientes cercanos gravemente enfermos o asistir a sus funerales.
Esta era la segunda vez que Lula abandonaba del edificio. La primera fue en noviembre, cuando fue llevado a prestar declaración ante un tribunal de primera instancia de Curitiba, en una causa por la que fue condenado. (AP, EFE y AFP)
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