Pese a conducir un imperio, los líderes empresarios no lo consideraban un par

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Franco Macri supo convertirse en uno de los empresarios más poderosos de la Argentina. Pero no siempre mantuvo una buena relación con sus pares que solían considerarlo como un outsider del establishment local.

Entre sus pares supo cosechar más controversias y recelos que apoyos. Incluso, otros industriales solían retratarlo como un “albañil” para minimizar su lugar en el mundo de los negocios más allá de que ya estuviera al frente del gigantesco holding Socma.

Sin embargo, sus íntimos aseguraban que ese ninguneo no lo afectaba y solía repetir la vieja frase que propone “sentarse en la vereda a ver pasar el cadáver de tu enemigo”.

Por eso tomó como principio vital no trabajar en una revancha directa, si no simplemente en esperar, recordó en alguna oportunidad Doris Capurro, quien durante años manejó la comunicación del grupo de empresas de Franco Macri y luego se convirtió en su amiga, según revela en su edición de ayer el portal de noticias Infobae.

Quien lo recordó con simpatía fue Santiago Soldati que encabezó un conglomerado de empresas que incluía a Telefé, Telefónica, Transportadora de Gas del Norte y Aguas Argentinas, quien fue uno de los empresarios cercanos a Macri.

“Compartimos muchos momentos muy importantes durante toda la década de los ‘90, incluso varios viajes de trabajo”, destacó . A pesar de no ser de su grupo íntimo -”yo no jugaba al bridge y Franco tenía un grupo de amigos que eran fanáticos”-, Soldati remarcó que siempre los unió una buena relación. “Fue un gran hacedor y decidió buscar nuevos horizontes. Me impresionó ver cómo después de una cierta edad empezó con todos sus negocios en China, con una garra continua”.

Soldati resume la carrera de Macri como un “gran creativo” que alcanzó cosas enormes sin tener una familia detrás.

“Se podía haber retirado y tener una vida tranquila pero hasta los últimos años estuvo haciendo cosas nuevas e inventando nuevos mercados. Empezó a fabricar autos en Uruguay, no paraba”, agregó

También Doris Capurro destacó su obsesión por la industrialización del país: “Decía que lo reiterados fracasos de la Argentina eran porque prevalecía el campo sobre la industria”. Y lo recordó como una persona generosa, que se enorgullecía de todos los puestos de trabajo que había creado y que ayudaba económicamente a algunas familias. Solían compartir almuerzos al menos una vez por mes.

 

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