Brutal asalto a un periodista: “Ya no tenés que rogarle a Dios, sino a estos pibes”
Edición Impresa | 20 de Abril de 2019 | 03:19

Asambleas; reuniones con autoridades policiales y municipales para pedir la erradicación de la zona roja; informes detallados de los puntos de venta de droga en el barrio; amenazas de rebeldía fiscal. En El Mondongo los vecinos cayeron ya en la cuenta de que nada alcanza para aliviar (ni hablar de combatir) el problema que los tiene en jaque desde hace años: la inseguridad. Prueba de ello son los robos que sufren vecinos y comerciantes todos los días, como el que padeció ayer a la madrugada un conocido periodista platense en 3 y 65.
Fue a las 5.30 de la mañana, cuando tres delincuentes se metieron en su casa situada en el segundo piso de la propiedad, donde dormía. Lo que siguió fue una pesadilla que duró más de media hora e incluyó golpes y amenazas. “Ya no tenés que rogarle a Dios; lamentablemente ahora tenés que rogarles a estos pibes”, reflexionó más tarde Carlos Arcuri, columnista en radio La Redonda y protagonista de ese asalto en el que, reconoció, tuvo miedo de que lo mataran.
“Me desperté por los ruidos y fui al living, donde estaban dos chicos agarrando el televisor. Ahí se enteraron de que estaba yo mirándolos”, contó Arcuri, que vive solo y presume que los ladrones entraron convencidos de que en el lugar no había nadie. Lo llevaron enseguida a la habitación, donde le pegaron, le taparon la cabeza y lo ataron con cables, exigiéndole que no hablara fuerte.
“Por lo poco que percibí en sus voces, serían menores”, estimó. Sin dejar de pegarle “por todos lados”, aunque aclarándole que “no iban a hacerle nada”, los asaltantes revolvieron todo antes de llevarse un teléfono celular, una notebook y una bicicleta rodado 29 que estaba colgada: “Era mi único medio de movilidad, ya que meses atrás me robaron el auto estacionado en la puerta de mi casa”, detalló.
Robaron, además, una tarjeta para sacar plata del cajero. Arcuri no sabe todavía si llegaron a extraer dinero, pero, en tal caso, no habrá superado el límite de 3.000 pesos.
“No sé como hice, pero por suerte pude darles la clave, sino no sé qué hubiesen hecho conmigo”, admitió. Más tarde apareció en escena una chica que estaba con los otros dos. Y se fueron. Con la certeza de la fuga, Arcuri bajó las escaleras y un vecino que vive en la planta baja lo desató y le brindó asistencia.
Una mujer que vive a metros de aquella esquina denunció que a la misma hora, al menos un hombre intentó ingresar por el balcón a su departamento del primer piso en un edificio ubicado sobre la calle 3. Rosa, la mujer que denunció el hecho, recordó que escuchó ruidos “en el balcón que da a mi habitación, me asomé y vi que se trataba de un hombre. Me asusté, le grité desde adentro y pude ver que se escapó tirándose del balcón”.
Los investigadores aún no pudieron determinar si se trata de la misma banda y si ocurrió antes o después de lo de Arcuri, por la coincidencia del horario.
A principios de abril, medio centenar de vecinos de El Mondongo reclamaron mejoras en la seguridad de la zona al titular de la comisaría novena, Matías Sáez, durante una asamblea que se hizo en 68 y 116 y ya anunciaron que el próximo encuentro se realizará en el polo de seguridad del Municipio, situado en las inmediaciones del Estadio Ciudad de La Plata, en Tolosa.
En el barrio cuestionaron la falta de respuestas desde el municipio e insisten en reclamar más cámaras, patrullajes preventivos y operativos en la zona roja y puntos de entrada en el barrio. “La policía prometió que se volverán a realizar esos operativos”, indicó el referente de la asamblea Daniel Domínguez. Mientras tanto, no son lo pocos los que plantean retomar la propuesta de “rebeldía fiscal”, consistente en dejar de pagar la tasa municipal de servicios en protesta por lo que se considera como una falla en la inversión de los recursos.
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