Desvalijaron 2 veces en 45 días un kiosco de La Loma, a metros de la Comisaría Cuarta
Edición Impresa | 29 de Abril de 2019 | 03:18

En el kiosco de diagonal 73 y 42 se vieron obligados a tener que realizar una inversión “fuerte”. Primero para reponer toda la mercadería que les sustrajeron en la madrugada de ayer, cuando fueron víctimas de un escruche -el segundo en 45 días-. También, para reforzar las medidas de seguridad que ya habían tenido que acrecentar tras el robo del 11 de marzo.
En aquella oportunidad ingresaron de la misma forma: barretearon una persiana metálica hasta sacarla de las guías. Luego hicieron lo propio con la puerta que da a al interior del comercio. Se llevaron todos los paquetes de cigarrillos y algunas golosinas, pero “fueron prolijos”, le contó Augusto a este medio. “Ayer fue distinto, porque dejaron un despelote”, agregó.
Después de esa intrusión, Augusto -uno de los propietarios- y su socio colocaron candados. Creyeron que con eso bastaría: “Evaluamos en un momento poner cámaras y una alarma, pero dijimos ‘¿cuándo nos van a volver a entrar?’”, sostuvo.
Reponer lo sustraído implicaría gastar una suma “fuerte” y entendieron que sería raro que volviera a ocurrir.
La realidad los golpeó unas semanas más tarde.
“Era una zona tranquila”
Según el testimonio del damnificado, el negocio permaneció abierto hasta la medianoche del sábado. Cerca de las 2.30 de la madrugada, uno de los empleados que vive a una cuadra de allí “vio que se habían metido y nos avisó”.
Es decir que los delincuentes tuvieron al menos una hora para “trabajar” en el lugar.
Augusto estaba en un cumpleaños y salió con rapidez hacia el comercio. Al llegar se encontró con un panorama “desolador”.
A los candados “ni siquiera los dejaron en la vereda, no sé que hicieron. Desaparecieron directamente”, refirió.
“Vaciaron la cigarrera y lo que teníamos en stock para reponer, sacaron unas cartulinas que teníamos en cajas para llenarlas con mercadería. También habían preparado cervezas y otras bebidas para llevarse, aunque por alguna razón debieron dejarlas. Se robaron jabones, pilas, naipes, todos los encendedores y bijouterie que había en dos estantes”, detalló.
Enojado por la situación, el joven fue a radicar, una vez más, la denuncia correspondiente a la comisaría cuarta, emplazada a unos 50 metros del lugar de los hechos. Allí lo atendió personal policial que lo acompañó al kiosco.
Tras el trabajo de la Científica, durante la tarde de ayer quedaba limpiar el desorden que habían dejado los ladrones y arreglar la persiana. “Entre todo, terminamos como a las cinco de la mañana”, aseguró.
Sacando cuentas, el comerciante cree que “la primera vez se llevaron unos 100 mil pesos en mercadería. Ahora bastante más”.
En tanto, de los delincuentes no tienen pistas. Según manifestó Augusto, olvidaron un guante con los dedos cortados, “tipo motoquero”, que la Policía Científica secuestró, pero ningún vecino llegó a observar a los autores.
“Supuestamente hay una cámara sobre el semáforo que podría haber captado algo. Nos aseguraron (las autoridades) que iban a pedir las imágenes y no sabemos qué terminó pasando”, se preguntó.
Por lo pronto, las mejoras en seguridad que habían planificado no realizar, van a tener que hacerse, y así lo reflejó el dueño del local: “indudablemente, una cámara y sensores en la puerta vamos a tener que colocar. Aunque sea para darles un poco de miedo o que lo piensen dos veces a la hora de volver a entrar acá”, explicó.
Por otra parte, aseveró que “la zona es tranquila, transitada, no es oscura” y añadió que “es raro que sucedan estas cosas justo en este sector, porque estamos a media cuadra de la comisaría (cuarta)”.
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